Sonrisas. ¦¦ Zoro Y Tú ¦¦

13

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Hacía ya un rato Chopper se había llevado a Zoro al barco para examinarlo, Usopp había ido con él porque estaba preocupado porque no era normal que él se enfermara, hasta a mi me había preocupado.

...Además de que es un metiche. Somos. Todos en la tripulación, a decir verdad.

Pero en serio, yo estaba ansiosa por saber qué tenía, pero Usopp parecía estar al borde de un ataque de pánico. Podía entenderlo, como fuera, pues a fin de cuentas Zoro parecía una roca que no caería enfermo tan fácilmente, y el corazón es algo delicado, así que era lógico que estuviéramos vueltos locos por ello.

Lo que no lograba entender era por qué sólo Chopper y Usopp regresaron, el último muriendo de la risa.

Cada que el tirador volteaba a verme, se reía a carcajadas, tan así que ni siquiera podía contestarme cuando le preguntaba qué era lo que le parecía tan hilarante. Parecía que se iba a ahogar de la risa.

Quiero decir, Chopper me había dicho con mucha duda en su hablar que lo mejor sería dejarlo descansar y estar sólo un rato, haciendo que me preguntara qué tan mal estaba como para querer estar solo. Quiero decir, siemore quería estar solo, pero nunca lo externaba.

Mientras a mi me carcomía la duda, Usopp se encargaba de reir a carcajadas como si estuviéramos contando el mejor chiste del mundo. Mejor dicho, como si yo tuviera el chiste más gracioso del mundo pegado en la cara.

Pero bueno, debía dejar de pensar en eso, así que me fui a acompañar al resto de tripulantes que se encontraban en la playa relajándose. Cómo Nami había dicho: Aquí no existía la Marina, así que por fin podíamos tener un momento

Y no tardamos mucho en conocer lugareños, aunque mis conversaciones con ellos no eran muy fluidas, pues la risa de Usopp no tardaba en aparecer en cuanto abría la boca.

— ¿Qué es tan chistoso? — Le cuestioné, aún molesta.

— ¡Nada! — Interrumpió Chopper, hablando por Usopp que parecía no poder para de reír por mi comentario. — En serio, no pasa nada. — Soltó un suspiro.

— Sólo el orgullo de Zoro. — Usopp agregó entre carcajadas, sólo deteniéndose cuando Chopper le lanzó una mirada.

— Eso no tiene nada que ver... — Murmuré un tanto confundida.

Pero no pude obtener nada más de ellos, pues en medio de mi confusión Chopper se había llevado a rastras al moreno fuera de la casa de nuestros anfitriones. Sanji enseguida aprovechó para acercarse e intentar sacarme plática.

Me ofreció una cantidad inimaginable de comida, mientras repetía lo afortunado que él era por estar rodeado de tantas mujeres. Yo, por mi parte, no podía evitar mirar a otro lado, esperando a que Zoro regresara en algún momento y me explicara por qué Chopper y Usopp actuaban tan raro.

— Vamos ____, no te preocupes tanto por el cabeza de musgo. — Dijo Sanji sentándose al lado mío.

Su tono era un poco más cauteloso que lo habitual. Esto no era parte de su habitual coqueteo, era él viendo que me encontraba preocupada.

No pude evitar soltar un suspiro, lista para contarle qué era lo que me traía mal.

— Me preocupa más saber por qué Usopp se rié cada que me ve. — A lo lejos volví a escuchar su risa. — ¡Sigo sin entender el chiste! — Grité intentando que Usopp me escuchara, y lo hizo, porque escuché una carcajada aún más fuerte.

Resoplé.

Sanji me tomó por los hombros, manteniendome en mi lugar, mientras con la cabeza me señalaba una charola con bocadillos que había preparado. En realidad no tenía apetito, pero Sanji me veía tan suplicante que me sentí mal y tomé unos cuantos. Siempre que Zoro y yo llegábamos a discutir un poco más de la cuenta, Sanji llegaba corriendo hacia mi con comida para intentar distraerme. Lo apreciaba bastante.