Capítulo 20

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De repente vuelvo a sentirme como la niña pequeña que jugaba con Ethan a las escondidas, los mismos nervios me recorren la piel, las ansias de no ser encontrada me envuelven pero la diferencia de este juego es que en este nose quien nos está buscando y de quién debemos escondernos.

Mi mano está firme sobre el mando de mi espada, voy detrás de Caleb aunque a regañadientes se ha puesto en medio de Hunter y yo.

A lo lejos se escuchan gritos, pero donde estamos solo hay silencio, y es más ensordecedor que el propio ruido, Hunter no ha dicho una palabra más desde que salimos del cuarto, solo sabemos que hay que proteger a Caleb y seguir a Hunter, donde sea que nos lleve y cada vez que uno de los dos tratamos de hacerles preguntas, él nos vuelve a callar.

Tengo tantas preguntas, dónde estarán mis hermanos, que estará pasando, acaso ellos están a salvo, pero nada de eso importa ahora, no ayudaría estar distraída si ni siquiera sé quién es verdadero enemigo que ha venido.

Hunter nos detiene antes de dar vuelta en una esquina, se fija con cuidado y volvemos a caminar, los gritos se van desvaneciendo cada vez que nos alejamos de ellos, he estudiado este palacio desde que estaba pequeña, y aunque me gustaría decir que me sé todos los escondites y pasadizos que existen en el, tengo que reconocer que los únicos que saben de ellos en este momento son Hunter y Caleb, Jayden me ha dado un mapa del palacio pero no me lo he memorizado completamente.

Pronto llegamos a una esquina donde no hay más que cuatro paredes y es el final del pasillo, Hunter voltea a ver a Caleb por un segundo antes de que Caleb asiente con firmeza.

—Olive, préstame tu daga —me pide Hunter extendiendo su mano.

Volteo a verlo por un momento y luego me decido a dársela.

Hunter la examina y luego se la da a Caleb, sin pensarlo posiciona el filo en la palma de su mano y comienza...

—¿Qué haces? —preguntó alarmada pero ya es muy tarde cuando Caleb me devuelve la daga.

Su sangre plateada y espesa comienza a salir despacio para luego posicionarla sobre un cuadro que es igual de grande que un espejo lateral, donde se encuentra pintado un jardin de tulipanes pero no es cualquier jardin, a lo lejos se ve el palacio, el mismo donde estamos nosotros, así que me doy cuenta que es el que se encuentra por el bosque infinito.

Cuando la sangre del príncipe toca el cuadro es como si todo cobrara vida, las flores parecen que se mueven con el viento, y pienso que mis ojos me fallan, hasta que veo a lo lejos un pájaro volando, volteo a ver a Hunter y Caleb para una explicación pero ellos ya me están viendo con una pequeña sonrisa.

—Vamos, nos están esperando. Tu primero Caleb —le dice Hunter al rey.

Caleb voltea a ver hacia atrás, pero no hay más que silencio y un pasillo sin fin, pero tiene la misma mirada que tenemos los tres, como estarán todos los demás, esa preocupación que nos amenaza con detenernos y volver al salón principal.

Caleb cruza el cuadro y ahora parece que el es parte de la pintura, mis ojos no quieren creer lo que acabo de ver pero ahí está del otro lado.

—Vamos Olive —me dice Hunter mientras me ofrece una mano.

Lo vuelvo a ver por un segundo y luego a su mano, mi familia está allá, no se donde, no se si están bien, o si los he dejado morir pero he dado mi corazón al reino y el rey hasta antes de mis propias decisiones. Tomo su mano para cruzar el cuadro y cuando el peso de la mano de Hunter ya no toma la mía me doy cuenta que mis zapatos están sobre el pasto, los pajaritos cantan sobre nosotras y el sol está más reluciente que nunca, y me preguntó si en realidad estamos en la fantasía del mismo cuadro o en el mundo real, ahora Hunter está detrás de un marco incrustado en un árbol.

Sangre Humana (El Legado de las Hadas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora