11 - Viajes

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Anya se arregló para asistir a su próximo baile, bajo las escaleras lista para salir, su madre la elogio con una sonrisa, y su padre le advirtió que se comportara, y sin perder más el tiempo, subió con su tío al carruaje.

La cara de fastidio de Yuri no pasaba desapercibida, eso llevo a Anya a preguntar:

~Sabe bailar, ¿no?~

~Definitivamente no bailaré, solo voy para acompañarte~ aclaro molestó

~¡Vamos!, debe bailar conmigo, aunque sea solo una vez~ insistió

~Ya te dije que no lo haré~ volvió a negarse

~Ahm bien, no voy a obligarlo, pero supongo que si no baila conmigo, no bailaré con nadie... Mamá se pondrá muy triste si desaprovechó este baile también~ comenzó a manipular como mejor sabía hacerlo

~Tsk está bien, bailaré contigo, pero solo un baile~ termino aceptando, Anya sonrió, después de todo, su tío era simple de manejar

Llegaron al lugar donde se realizaba el baile, y del brazo, ambos entraron hasta sus dependencias.

Saludaron a un par de personas que se acercaban con curiosidad por el hombre, y sin perder el tiempo preguntaban:

~No lo había visto antes por acá, ¿Usted es...?~

~Yuri Briar~ se presentó el hombre de mirada imponente

Anya sonreía, que bueno que las visitas de su tío antes fueran tan esporádicas, y que la mayor parte del tiempo no saliera de casa porque no se separaba de su madre, por eso es que nadie podía reconocerlo, y ella podía aprovecharse de la situación, tal y como Becky se lo había sugerido.

~Señor Lacassie, ¿conocía usted al señor Briar?~ saludo y los presento

~Señorita Forger~ saludo para luego agregar
~No tenía el gusto, señor Briar~ se dirigió al hombre que la acompañaba, recayendo su mirada en cómo se sostenía de su brazo

Yuri apenas asintió con su cabeza, y Anya enseguida se disculpó:

~Con su permiso, pretendo cobrar el baile que me prometieron~ miro a su tío, y el simplemente le extendió su mano para diriguirse hasta la zona donde bailaban

La música comenzó a sonar, y ellos a moverse, Anya como de costumbre extendía una sonrisa en su rostro mientras miraba los ojos carmesí que tenía en frente, tan parecidos a los de su madre, pero tan fríos a la vez, Yuri mantenía su rostro sereno, esperando a que esto terminara.

Anya no pudo evitar notar las miradas que recaían en ellos, sonrió con picardía al darse cuenta de que el plan estaba funcionando a la perfección, pues todos creían que se trataba de un cortejo, dió un giro en su lugar, y entre las cabezas de quienes se encontraban en la orilla observando a los danzantes, vio unos ojos penetrantes, que no podían pasar desapercibidos, su sonrisa se borró, y cuando cambiaron de lugar miro en esa misma dirección, pero ya no lo encontró.

Al finalizar reverencio, se acercó a su tío y golpeó su pecho para decir:

~Bien tío, eres libre ahora~ y sin darle oportunidad de responder, se perdió avanzando entre la gente

Su altura no le permitía poder observar como quisiera hacerlo, por eso decidió subir un par de escalones para obtener una mejor visión desde arriba, pero no encontró a quien buscaba, frunció los labios, fue entonces que miro hacia arriba, y lo vio desapareciendo entre la oscuridad del segundo piso, se apresuró a seguir sus pasos.

Entro hacía una habitación, y tras su paso se escuchó el estruendo de la puerta siendo cerrada con fuerza, Anya dudo un momento de entrar, pero finalmente se decidió por hacerlo, abrió despacio, como si no quisiera ser descubierta.

Hallazgo tardío | DamiAnya weekend 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora