31 - Reconciliaciones

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Cuando Damián entró, la vio enseguida...

Estaba de pie frente al espejo con un vestido radiante, uno que se ajustaba perfectamente a su figura, tenía encajes por el frente, y bordados los costados, era de un verde oscuro, casi tan intenso como sus ojos, se veía tan espectacular, que proyectaba la imagen de una dama elegante...

Por supuesto que al escucharlo entrar, ella de inmediato lo volteo a mirar, y gracias a eso es que la pudo contemplar en general.

La miro a los ojos, a sus preciosas esmeraldas que lo miraron con curiosidad, los mismos que la primera vez lo habían cautivado en su totalidad, él trago saliva, no sabía cómo continuar...

~Ah... yo... perdone la intromisión, pero... me informaron que usted no iría a comer y... me preguntaba si se sentía mal...~ hablo con algo de torpeza

~Si... bueno, a decir verdad, no me he sentido cómoda desde que estamos acá...~ confesó mientras jugaba con sus dedos
~Y si le soy honesta, estaba realmente molesta porque no hemos tenido ni un segundo para poder hablar con tranquilidad~ continúo

Damián bajo la mirada sintiéndose mortificado, ella, probablemente estaba arrepentida de su unión, tal vez no lo había pensado con la suficiente claridad, quizás tomo una decisión precipitada y ahora se sentía decepcionada...

~Y-ya... ya veo... lamento que se sienta de esta manera~ se disculpó y tras su espalda intento localizar la manilla que abría la puerta para poder salir de allí, pero, levantó la mirada y la vio avanzar acercándose hasta él, quedando muy cerca, de frente hacia su rostro, y tras de sí, poso su mano sobre la suya en la manilla haciéndole desistir, y en voz baja suplicó:

~Aún no se vaya, por favor~

Su aliento lo golpeó como una brisa tibia y dulce en la cara, y desde esa perspectiva y en esa posición, le era inevitable ver que ciertamente ese vestido le quedaba bien, ya que el escote hacia relucir sus pechos fijos en su lugar.

Lo siguiente que la escucho decir lo hizo alzar la mirada nuevamente hasta su cara...

~¿Por qué pidió que los empleados probaran mi comida?, ¿sucedió algo que lo hiciera sospechar de que me quieran envenenar?~

~No en realidad, fue, solo precaución, dadas las circunstancias en que todo ocurrió... no sé de qué podría ser mi padre capaz...~ sincero con algo de vergüenza

~¡Debió decírmelo!, ¡No se lo debió callar!~ protestó ella
~¡No soy una niña a la que deba cuidar!, ¡Puedo hacerlo yo sola!~ agrego con frustración mientras daba un paso hacia atrás

~¡No quería preocuparla!~ refutó

~¡Eso no me preocupa!, es algo que me esperaba, ¡lo que sí me preocupa y decepciona es que usted no confíe en mí!~

~¡Está equivocada!, ¡No se trata de confiar o no!~

~¡De igual modo debió ponerme en alerta!, entendí que no le aclararía a los empleados que yo no era a quien esperaban para no ponerme en riesgo, pero si sospechaba que alguien lo sabía ¡debió decírmelo!, sobretodo si se trataba de la encargada que pasa mucho más tiempo conmigo...~

~Ella, ¿lo sabe...?~ pregunto anonadado, si lo sabía, significaba que alguien exterior se lo había dicho, y si no se lo comunicó, era porque había decidido no obedecerlo a él y colaborar con quién la contactó...

Se dió la vuelta para abrir la puerta e irla a enfrentar, pero Anya se lo impidió cerrando la puerta con fuerza por detrás de sí, él se quedó inmóvil por un momento por el inesperado y brusco movimiento, hasta que la sintió apoyar su frente sobre su espalda y en voz baja susurrar...

Hallazgo tardío | DamiAnya weekend 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora