33 - Prosperidades

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El día había amanecido nublado, que desafortunado era que justo hoy se llevará a cabo una elegante fiesta de jardín...

Anya jugaba con sus dedos mientras miraba por la ventana del carruaje que los trasladaba, Damián hizo cesar sus movimientos al posar su mano sobre la suya y preguntar:

~¿Estás segura de querer asistir?, aún estamos a tiempo de pedir que volteen~

~Descuida, estoy bien, además, es normal que esté nerviosa, después de todo es la primera vez que hago una aparición pública como tú esposa...~

~Todo va a salir bien, solamente procura no golpear a nadie~ la molestó

~¿Por qué?, ¿Se podría enamorar?~ burló de regreso, pero a Damián no le causó gracia, así que, cuando terminó de reírse de él, continúo...
~Tranquilo, trataré de evitar líos y no haré nada que lo pueda afectar~ puso la mano de su esposo sobre su vientre, Damián sonrió, hoy iban a anunciar la gestación del legado de los Desmond, o mejor dicho, el fruto del amor más puro y honesto.

Por supuesto que su llegada causó expectacion, y para Damián no era ninguna novedad el llamar la atención, pero para Anya no, y estaba realmente preocupado por ella, no porque le avergonzara que errara, sino mas bien porque no queria que ella se sintiera mal si lo hacía despues de las horas y el esfuerzo que había dedicado para aprender a comportarse... Aunque por suerte hasta ahora, parecía llevarlo bien.

Los primeros en acercarse a saludar, fue una pareja que aparentemente les igualaba en edad:

~Señor Desmond, es un gusto volver a verlo, la última vez fue en aquella reunión, ¿verdad?, la que se realizó en la capital...~

~...debo decir que creí que alguien de allí tendría la fortuna de... acompañarle~ agregó la esposa del sujeto con evidente mala intención, Damián estaba a punto de decir algo, cuando Anya contestó:

~Se complacerá de saber entonces que usted estaba en lo correcto ya que está en presencia de una de las asistentes a esa junta~ sonrió

~¿U-usted?~ balbuceo dudando de la veracidad de sus palabras, Anya continúo, está vez digiriendose hacia el hombre:

~¿Probó el sazerac que sirvieron esa tarde?, Lord Wagner me comentó que sabía bien, pero que no lo recomendaba para una dama...~ por suerte recordó el nombre del caballero que se le habia acercado en esa ocasión

~Ahm, sí, claro, concuerdo con el señor Wagner, era demasiado amargo para ser bebido por una dama, al menos para una que se concidere respetable~ termino bromeando

Damián observó a su esposa y sonrió de lado, había respondido con astucia ante un comentario hostil, y aunque fuera lamentable de admitir, esa era la mejor forma en la que se podía sobrevivir en aquel ambiente, y estaba alegre de que lo pudiera dominar, y con ello no se dejará hacer sentir menos.

No pasó mucho cuando quienes se acercaron se fueron dando espacio para que alguien más se les acercará, y así daba inicio al círculo social que comúnmente se esperaba.

Charlas breves que mantuvieran la cordialidad, todo con tal de mantener seguros sus negocios y fijas sus alianzas, además de aprovechar para cotillear, y es que a la nobleza le gustaba mantener todo bajo control, observar de cerca cualquier error, por eso es que más que fiesta o celebración, estos encuentros se convertian en campos de batallas por demostrar quien era el mejor, por eso es que los asistentes se esforzaban en evidenciar ante todos su perfección y aparentar felicidad...

Eso fue lo que la ex encargada le había dicho a Anya mientras le enseñaba, y aunque no dejaba de ser tedioso tener que lidiar con toda esta situación, hubo una cosa que le alivió, y es que, ellos dos no tenían que fingir nada.

Hallazgo tardío | DamiAnya weekend 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora