12 - Atracciones

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A Ewen su familia lo recibió con los brazos abiertos, contentos por su regreso, más no tanto por su nula compañía.

Les extrañaba que un joven de su posición tardará tanto en contraer matrimonio, así que le atribuían a él la responsabilidad de efectuar con más seriedad alguna propuesta, mientras él se defendía en que no quería un matrimonio basado en el interés económico, ellos protestaban diciendo que no existía otra forma que garantizará mantener su estatus social, y aquel desacuerdo provocó roces que llevaron a Ewen a pasar días enteros y algunas noches apartado en su observatorio personal.

No había escatimado en gastos al tener el telescopio más grande y más moderno, se pasaba los días enteros anotando las coordenadas de algunas constelaciones, y descubriendo cosas de un universo tan distante como desconocido.

A Emil no le fue muy distinto, su madre estaba rebosante de alegria cuando vio que estaba de regreso, ordenaron preparar un festín para celebrar su llegada, pero pronto llegó la conversación tan desafortunada.

Y es que les preocupaba que su descendencia continuara, pero a Emil pareciera que ni siquiera le importara, para evitar seguir hablando del tema se refugió en la cocina, pero más que dedicarse a degustar las preparaciones, observó con detalle y procuro imitarlo, se entretuvo improvisando, y mientras más pasaban los días, parecía ir mejorando.

...

Becky mantenía sus ojos cerrados mientras peinaban su cabello, estaba decidida, confiada y valiente, está tarde iría al palacio del este para hablar personalmente, tenía el día fijado, y la excusa perfecta, solo debía comunicar el día y la hora a realizar, de seguro que ya conocería la dirección del lugar, no era tan ingenua como para creerle cuando dijo que lo desconocía.

Se miró en el espejo, lucía radiante, como siempre.

Bajo las escaleras anunciando que preparen su carruaje, estaba apunto de salir cuando un empleado le anuncio que tenía una carta, paso de largo no dándole importancia y se dirigió hasta su destino.

Se sorprendió de la fachada, ciertamente era más extenso que sus dominios, y recayó su mirada en que todas las ventanas se encontraban cerradas, como si nadie lo habitara.

Fue su cochero quien fue a investigar mientras ella se mantuvo sentada dentro del carruaje, mordiéndose los labios recordó aquella carta que la esperaba, cuando el hombre le confirmo que en el lugar no había nadie, le indico que regresarán, cuando llegó a casa lo primero que hizo fue arrebatar la carta de las manos del empleado y leer aquello que confirmo lo que ya sabía, se habían ido, por un tiempo indefinido.

...

Anya tenía su vestido sucio, al igual que sus manos y su rostro, sus mangas arremangadas, y sus botas embarradas, y eso solo porque Franky le permitió explorar y hacer lo que quisiera en algunos de sus inventos... Apretó botones que hicieron que algunos derramaran aceite o grasa, otros mantenían un montón de cables conectados que le generaron curiosidad y otros tantos estaban aún sin terminar. Y es que Franky tenía una mente fenomenal, él le había facilitado implementos a su padre para ayudar a hacer más fácil su labor, como el termómetro que media la temperatura de las personas en mucho menos de una hora... estaba acercándose a Franky para ver si podía ayudar, pero dijo que solo estaba terminando de ajustar los últimos detalles de su nuevo invento, espero a que terminara y mientras lo hacía él le trato de explicar, aquello sonaba tan interesante, que casi no podía aguantar:

~Si todo sale bien, esto hará que me vuelva rico~ explicó Franky exagerando un poco

~¿A quién va a venderlo?~ pregunto Anya

~Al mejor postor, por supuesto~ afirmó mientras ajustaba unas piezas

Finalmente creyó terminar, solo quedaba comprobar.

Hallazgo tardío | DamiAnya weekend 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora