25 - Impotencias

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Melinda viajo tan pronto como pudo hasta la mansion principal de los Desmond ubicada en la capital, iba directamente a recriminar a su esposo por lo que había leído, paso por alto a los empleados que ignoro por su camino, hasta que llegó a uno que simplemente no podia ignorar:

~Jevees, necesito hablar con mi marido~ anuncio antes de que se lo impidiera

El hombre que la conocía a ella y al resto de esta familia desde hace tantos años, la miró, y bastaba solo una simple mirada para notar que estaba alterada, y una sencilla deducción lo hizo saber la razón:

~Señora Desmond, debe calmarse...~ pidió mientras posaba sus manos en sus brazos como gesto de contención, Melinda lo miró con tristeza

~¿Cómo puedes pedirme eso cuando eres consciente de la situación?...~

~Lo sé, y lo lamento, pero no hay nada que podamos hacer, si entra de esta manera podría incluso empeorar todo...~ aconsejo mirándola a los ojos, ella bajo la mirada, y en un tono suave se lamentó:

~Son sus hijos, pero también son míos, Jevees, y yo... nunca estuve para ninguno~ Jevees tuvo que contener sus deseos de abrazarla en ese momento, en su lugar, en un movimiento lento la acaricio ligeramente con el dorso de sus dedos:

~Por favor no se lamente, interferir de cualquier forma era algo que no estaba en sus manos...~ trato de animarla mientras la miraba fijamente, Melinda, mirándolo también, respondió:

~No voy a quedar de brazos cruzados, no otra vez~ y rompió el contacto visual para pasar por su lado y entrar, Jevees bajo la mirada a su mano envuelta en guantes blancos que quedó suspendida en el aire.

Cuando ella entró, Donovan alzó la mirada, Melinda simplemente se acercó hasta su escritorio y dejó la invitación abierta sobre el mesón, él lo miró, para luego volver a mirarla sin decir nada, fue ella quien habló:

~Esto es obra suya, ¿verdad?~

Donovan la miró con ojos entre cerrados, acaso, ¿se estaba interponiendo ante su voluntad?

~¿Y qué si es así?~ desafío

~Quiero pedirle que lo reconsidere...~ solicitó con seriedad

~Las invitaciones ya han sido enviadas, y la fecha acordada, ¿Por qué tendría que reconsiderarlo?~ cerró la invitación y la deslizó más cerca de donde ella estaba

~¡Acordamos que no le haríamos esto a Damián!, ¡que no volveríamos a cometer el mismo error!~ alzó la voz exigiéndole cumplir con su palabra, pero Donovan le refutó con algo que no esperaba:

~Yo no recuerdo haber prometido nada~ aclaró con tono hostil, lo que llevo a Melinda a recordar su antigua conversación...

Era verdad, solo ella había hablado y él se había limitado a escuchar, le había expresado su preocupación por la infelicidad que no solo su hijo mayor proyectaba, sino que también la mujer que le había sido entregada, le había tratado de hacer ver que su unión no funcionaba, ya que ni siquiera en eventos se acompañaban, que los rumores de los dos que se esparcian no le favorecían a su imagen y termino diciendo que no deberían hacerle lo mismo a su hijo menor, y él asintió... Probablemente se dejó llevar por ese gesto, y el hecho de que le haya permitido hablar, ya que eso era mucho más de lo que usualmente interactuaban, llevaban años sin siquiera dirigirse la mirada.

Y es que el hombre que tenía en frente no le podía causar más que repulsión, lo odiaba con cada centímetro de su ser, y si era honesta en secreto deseaba que un milagro lo arrebatara de su vida, y ni siquiera se sentia mal por pedir aquello, ya que él, con cada una de sus acciones se lo reafirmaba... Pero, mientras eso no sucediera, no podía hacer nada.

Hallazgo tardío | DamiAnya weekend 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora