16 - Absurdos

350 40 4
                                    

Damián había acudido con su amigo Emil que aún se encontraba en cama, bromeó en referencia a su aspecto puesto que la circunstancia lo había llevado a perder un poco de peso, él río y dijo que al culpable nunca lo perdonaría por haberle dado en su punto débil: la comida.

Hablaron sobre lo que recordaba antes de lo sucedido, y de lo que observando había aprendido, Damián lo escuchaba atento, alegre en el fondo de que su amigo estuviese bien, Emil le pregunto sobre Ewen, y Damián le contó que seguramente había sido difícil de contactar porque había ido hasta el palacio del este, y que él había estado demasiado ocupado como para contactarlo, pero que una vez que saliera de ahí se encargaría de enviarle una carta para informarle que se encontraba mejor, Emil reflexionó:

~Tal vez... Si nos hubiéramos quedado allá, esto no me habría sucedido~

Damián bajo la cabeza lamentándose porque sus amigos lo habían seguido a él hasta la capital, porque ni siquiera pensó en ofrecerles que se podían quedar, porque siempre los terminaba arrastrando adónde fuera que fuese...

~¿Sabes qué me gustaría?, una de esas deliciosas tartas de aquella pastelería~ hablo con tono soñador Emil aburrido de las sopas

~¿Qué tonterías estás diciendo?~ mufó Damián

~Esa mujer jamás me envenenaria... Solo piénsalo, ¿cómo podría cuando le dejo tan buenas propinas?~ alardeó

Damián sonrió, y sin pensarlo mucho dijo:

~Entonces vamos~

~¿De verdad?, no quiero interrumpir en tus quehaceres, ya es suficiente con que me vengas a visitar~

~He terminado con todo lo que vine a hacer en la capital, de hecho, estaba pensando en regresar~ sinceró

~¡Ya me siento mucho mejor!, ¿Cuando partimos?~ hablo entusiasta

~¿Partir adónde?~ irrumpió su madre entrando a ver a su único hijo

~¡Al palacio del este!~ contesto Emil con entusiasmo, pero la mujer comenzó a cuestionar la decisión por encontrarse llena de dudas y aprehensiones después de lo sucedido, Emil refutó que sus enemigos se encontraban en la capital, y que luego de notar que no habían podido completar su cometido, de seguro volverían con tal de que él no hablara en caso de recordar, su madre bajo la mirada con resquemor, Damián la termino de convencer cuando declaró:

~No se preocupe, los empleados de mi familia son de nuestra máxima confianza, el pueblo en dónde se encuentra el palacio es bastante remoto, por lo que su estadía allí se mantendrá bien resguardada al menos por un tiempo, y además... Sé de un médico con muy buena reputación que podría seguir evaluando su estado de vez en cuando~

No pasaron muchos días después de eso para que partieran.

El camino era largo, y tuvieron que detenerse por lo menos tres veces en todo el trayecto porque Emil sintió que el estómago se le revolvía, Damián se lamento de que tal vez había sido demasiado pronto para que viajara, pero Emil insistió en que lo único que quería era llegar.

Ya era media tarde cuando por fin estaban cerca, Emil suspiró aliviado imaginando la suavidad de la cama que lo aguardaba, pero su ensueño se trunco de golpe cuando escucho a Damián gritarle al cochero que se detuviese con desesperación. Lo miro asustado y mientras se detenían, pregunto a qué se debía, y Damián respondió:

~He visto a la hija del doctor, le preguntaré por la disponibilidad de su padre para que pueda verte~ y sin más, decendendio e indico al cochero que siguiera con su camino, Emil parpadeo no alcanzando a procesar la información, y cuando el carruaje comenzó a moverse nuevamente, miro hacia atrás por la pequeña ventana, y observó como le ofreció su mano para bajar del caballo.

Hallazgo tardío | DamiAnya weekend 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora