7º Una lección en Venganza

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Nunca podíamos tener una semana tranquila en Camelot sin que pasara nada sospechoso... Había oído que los reyes y mi hermano habían ido con los caballos a dar un paseo por el bosque, hoy era el aniversario de Gwen y Arturo. Pero, por desgracia, durante el paseo fueron atacados por unos bandidos, Arturo se defendió y pudo con ellos pero aún así salió herido a causa de una caída que tuvo con el sillín, el hilo se descosió haciendo que Arturo se diera un gran golpe en la espalda.

Nos encontrábamos en el aposento de Gaius y Merlin, el anciano se encontraba curándole las heridas al rubio.

—Has tenido mucha suerte, señor... Podrías haberte roto el cuello en esa caída del caballo —añadió Gaius.

—¿Habéis interrogado a los que nos atacaron? —preguntó el rey al anciano.

—Sus heridas fueron fatales, no pudimos sonsacarles nada...

Miré a Gwen con preocupación, ella se encontraba al lado del rey.

—Hay algo seguro, no fue una casualidad que estuvieran allí —habló mi hermano. ¿Se refería a que ya estaba planeado? ¿Quién lo habría planeado? ... Como si no lo supiera.

—Señor —entró Sir Leon al aposento— Encontramos vuestra silla del caballo en el camino del bosque, alguien descosió la fincha y la manipuló para que se rompiera —Arturo miró al caballero sin entender, luego miró a mi hermano.

—Merlin... Quizá por primera y única vez tengas razón —miré a mi hermano, él se encontraba mirando al rubio seriamente.

<Más tarde>

Nos encontrábamos en la sala del rey. Tyr Seward, el mozo de la cuadra del rey, se encontraba rodeado de caballeros frente a los reyes. Tenían sospechas de que él fuera el causante de todo esto.

—El hilo que encontramos en su casa encaja con el usado para manipular vuestra silla, señor —añadió Percival. Arturo miró a aquel hombre seriamente.

—¿Quién te lo ordenó?

—Nadie... Nadie me ordenó nada, señor —hablaba aquel hombre extrañado.

—¿Entonces actuaste solo? ¿No hubo ningún cómplice? —Tyr negaba con su cabeza una y otra vez— ¿Por qué hiciste eso? ¡¿Querías matarme?!

—¡No sé de qué me está hablando, señor! ¡Yo no hice nada! —miraba la escena preocupada. Me encontraba al lado de Merlin, Gaius y Daphne.

—¿Por qué ocultas sus nombres? ¿Quiénes son? Ahora no podrán hacerte nada... —preguntaba de nuevo el rey— Si no dices nada toda la culpa caerá sobre ti.

—No hay ningún nombre, señor. ¡Se lo juro! —hubo un silencio— Vos sois mi rey, jamás os causaría daño. ¡Jamás!

Arturo se dio la media vuelta y se colocó al lado de la reina.

—Tyr Seward, por el poder que me ha sido otorgado te sentencio a morir... Por traición —habló el rey seriamente. Miré a Merlin, mis ojos se me abrieron. ¿Iba a morir por tan solo haber encontrado una prueba?

El destino de aquel hombre había sido sellado por el rey... Aunque no me parecía justo.

Todos comenzamos a salir de la sala, Arturo salió por la puerta primero, fui detrás de él.

—No me pareció justo —hablé, el rubio me miró mientras caminábamos por el pasillo.

—Claro que no es justo, pero es lo mejor para el reino.

—Arturo, le conoces desde que eras niño. ¿Cómo crees que sería capaz de hacer algo así? —me paré frente a él para que se parara y eso hizo, me miró— No tienes suficientes pruebas, señor.

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⏰ Última actualización: Jan 01 ⏰

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Merlin ~ Un nuevo DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora