12° El fuego de Idirsholas

661 84 0
                                    

Estaba en la sala del rey, junto con Gaius y Merlin. Había un campesino hablando con Uther... nosotros atendíamos a lo que decían.

—Soy pastor de las planicias del Norte, señor. Tres noches atrás acampamos bajo las murallas de Idirsholas. Hasta que vimos como subía un humo proveniente de la ciudadela. —Decía el pastor tímidamente ante el rey.

—¿Y vieron otra cosa? —preguntó Gaius al pastor.

—No. Nadie ha cruzado ese umbral en trescientos años. —Dijo el pastor preocupado.— Debe conocer la leyenda, Señor.

—Cuando el fuego de Idirsholas arda los caballeros de Methir surgirán otra vez. —Explicó Gaius.

—Que este hombre sea alimentado y tenga una cama para dormir. —Dijo el rey y el pastor se fue junto a un caballero. Vi como Uther miró a Arturo— Debes ir para allá, para tranquilizar muchas mentes.

—¿Para qué? Sólo es una superstición tonta —continuó el Príncipe.

—Reúne a la guardia... y haz lo que digo. —Dijo Uther mientras se levantaba.

Miré a Merlin quién me miraba preocupado. Nunca escuché sobre esa leyenda.

《Más tarde》

Era la hora del almuerzo y decidí ir a darle la comida a Arturo, antes de marchar hacia la misión... debería tener fuerzas.

Cuando entré...

—¡Hola Martha! —saludó Arturo mientras se acercaba a mi plato— Menos mal que podré saborear tu comida buena una vez más.

—Gracias, Señor. —Dije. Me acerqué a él— ¡Deje que vaya con ustedes! —Dije de repente. Arturo me miró.

—No Martha... Cuantas veces tengo que repetirte que es peligroso.

—Me da igual. Quiero ayudar. Soy buena con la espada... quizá me necesites. —Dije. Le miré firme mientras él pensaba.

—Lo siento... no puedo. Es arriesgado y no quiero perder a una buena cocinera.

—¿Quién dice que vaya a perder? —pregunté y él me miró— ¿Por qué no puedo ir? ¿Por qué soy mujer?

—No, no es eso...

—Entonces deja que vaya contigo —dije mirándole decidida, él me sonreía.

—Eres muy valiente, Martha. —Dijo mirándome. Pude ver como pensaba— Está bien... si eso el lo que quieres.

—Gracias, My lord —dije. Hice mi reverencia y salí de su aposento sonriendo.

Al rato decidimos irnos con nuestros caballos hacia las murallas de Idirsholas, para ver si la leyenda que decían estaba apunto de cumplirse.

Íbamos Merlin, Arturo y muchos caballeros tras el príncipe.

Llegamos a un gran castillo, era muy grande y por la apariencia supe que ese era el lugar al que teníamos que ir.

Cuando nos acercamos vimos que el castillo estaba en ruinas. Yo tenía conmigo una espada.

Andamos hacia el patio del castillo el cual estaba cubierto de hierba. Todo estaba en silencio.

—¿No escuchais eso? —preguntó Merlin.

—¿Qué ruido? —pregunté yo dudosa. Estaba todo en silencio... no se escuchaba nada.

—Es como un temblor —continuó el moreno.

—Son tus rodillas chocando —dijo Arturo. Yo miré a Merlin preocupada, tenía un mal presentimiento.

Narración de Gwen...

Merlin ~ Un nuevo DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora