Merlin ~ Un nuevo Destino

2° La futura Reina de Camelot

Narración Martha....

Me desperté cuando llegó la mañana. En la noche, Gwen había ido de nuevo con la protegida del rey, yo dormí muy bien en la cama.

Desperté a causa de que entró por la puerta. Decidí despertarme y ayudar en todo lo posible.

Miré a Gwen y ella me miró con un gesto raro, estaba tensa.

—Buenos días, Gwen. ¿Te ocurre algo? —pregunté ya que no sabía a qué venía esa mirada— Me miraste muy fijamente.

—Tengo que decirte algo. Y no es fácil de decir.....

—Pues dilo. No te preocupes. —Dije mientras me levantaba.

—Deberás irte de aquí por unos días.

—¿Qué? ¿por qué? —pregunté dudosa. ¿A qué venía eso?— ¿he hecho algo mal? Lo siento si...

—No, no es nada personal. Sólo que el príncipe Arturo me pidió alojarse aquí, en mi casa.... para poder sentirse como una persona normal y para poder hacer que los demás le trataran como un caballero singular.... —Dijo ella—. Y no te preocupes, he hablado con un amigo y dejará que te quedes en su aposento de mientras Arturo está aquí, y lo mejor es que vive en el castillo.

—¿Así? Gwen, en serio eres estupenda. Dime, ¿de quién se trata? —dije acercándome a ella y sonriéndole.

—Se llama Merlin. —Mi corazón dejó de latir por un momento.— Él vive junto a Gaius, el médico de la corte que te presenté ayer... él te podrá ayudar en conseguir un trabajo como sirvienta si lo deseas. —Dijo Gwen contenta. Yo le sonreí. Aunque dentro de mí sentía miedo, ¿me reconocería como la chica que la estuve mirando el otro día? ¿Y si se daba cuenta de que tenía poderes?

—Sí, me parece estupendo.

En ese momento alguien entró por la puerta. Era un chico de cabello negro, piel blanca, ojos azules y tremendas orejas. Yo le miré incrédula. ¿Quién era?

—Hola Gwen. —Saludó a Gwen con una sonrisa. Después me miró y no apartó la mirada de mí.

—Buenos días Merlin. Ella es Martha —dijo ella mientras me señalaba. Yo sonreí a Merlin y él me imitó.— Y Martha, él es Merlin.

—Encantado. —Dijo Merlin con una amplia sonrisa. Mi corazón latía a mil por hora. Tenía a mi hermano delante y no podía decirlo. Quería correr y abrazarlo.... pero no podía.— Perdona, ¿nos conocemos? —me preguntó luego él.

—No, creo que no —respondí a su pregunta casi tartamudeando. Estaba muy nerviosa— Encantada igualmente. —Le sonreí, él hizo lo mismo.

—Martha, —Gwen llamó mi atención— Merlin se encargará de que estés bien en su aposento en el castillo. —Miró a Merlin— Sólo por unos días, ya que Arturo viene...

—Sí, dijo que quería ser normal, sin que la gente le viera como un príncipe y le temiera por ser tal cosa. Quería ser él mismo. —Dijo Merlin mientras hacía una mueca y reímos.

Me di cuenta de que Merlin era un chico muy agradable, tal y cómo pensé que sería.

Pasó el tiempo y Merlin me llevó a donde vivía Gaius y él. En su aposento. Yo, iba caminando por los pasillos y veía los adornos tan bonitos del mismo que ni me lo creía.

Él iba primero y yo le seguía.

—Ven, es por aquí. No queda nada. —Dijo Merlin mientras me guiaba.

Le miraba andar delante mía y me preguntaba, ¿quizá había reconocido mis ojos? Porque antes se me quedó mirando y noté algo extraño en su mirada.