3° El oro del duende

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Era otro día. Me desperté por la mañana para llevarle el desayuno a Arturo, como siempre.

Andaba por los pasillos para llegar a su aposento y por el camino veía como en el suelo había escudos tirados, candelabros y velas tiradas por el suelo también. Estaba todo patas arriba.

Seguí mi camino hasta que llegué al aposento de Arturo. Me asombré al ver el aposento de Arturo patas arriba también. Vi a Merlin mirando bajo la cama del aposento del Príncipe. Yo me acerqué y me miró.

—¿Qué estás haciendo, Merlin? Arturo te matará —le dije con preocupación. Él me miró sin saber que decir, luego me dedicó una sonrisa.

De repente noté como alguien estaba detrás mía. Era Arturo.

—Tienes razón, Martha. Le voy a matar. Pero antes dime Merlin. ¿Qué estabas haciendo? —preguntó el príncipe confundido.

—Tengo una buena explicación... Estoy limpiando —dijo con una sonrisa. Yo y Arturo nos miramos dudosos de su respuesta. Más bien parecía que estaba desordenando todo...

—¿Estás limpiando o desordenando todo?

—Estoy limpiando en serio... sólo espera a que termine y podrás comer tranquilamente la comida de Martha —dijo Merlin nervioso. ¿Qué estaría tramando?

De repente se escuchó como afuera, algo en el pasillo, cayó al suelo. Fue un golpe fuerte. Arturo y yo volteamos hacia atrás.

—¿Qué fue eso? —preguntó Arturo dirigiéndose a la puerta para salir y ver el estruendo.

—No. Espera. ¡Yo iré a ver! —Dijo Merlin y adelantó a Arturo. Luego el moreno le miró— Tú espera aquí y ponte cómodo.

Vi como Merlin salió del aposento. Arturo me miró sin comprender.

—¿Qué le pasa a este idiota? —preguntó Arturo y reí. Él me sonrió. No sé por qué pero me pareció muy dulce sonriendo.

《Más tarde》

Andaba por los pasillos. Vi a Gaius y a Merlin hablando en el pasillo. Me acerqué a ellos.

—¡Martha! Menos mal que estás aquí, ¿podrías ayudarnos? —me preguntó Gaius. Yo les miré extrañada.

—Sí, claro. ¿Para qué queréis mi ayuda? —pregunté.

—Necesitamos encontrar a un duende.

—¿Un duende? —pregunté sin comprender.— ¿Dónde hay un duende?

—Aquí en Camelot. El otro día entré en una habitación secreta de la biblioteca y encontré un duende. Se escapó y se dirigió a palacio. —Explicó Merlin preocupado— Ya ha causado muchos desastres.... Le ha provocado a Uther una calvicie en su pelo y ha puesto los pasillos patas arriba.

—Espera, ¿cómo dices? ¡¿Qué Uther está calvo?! —pregunté riéndome. Merlin comenzó a reír conmigo.

—Si le hubieras visto la cara... —dijo Merlin mirándome mientras reía. Paramos de reír al ver a Gaius serio.

—Esto es serio. Hay que capturar al duende —dijo Gaius.

—Vale. Entonces contad conmigo —Dije sonriendo.— ¿Cómo capturamos al duende?

—Necesitamos oro. Mucho oro —dijo Gaius.

—Sé donde conseguir oro —dijo Merlin y nosotros le miramos.

《Más tarde

Ya habíamos conseguido el oro. Merlin cojió un cofre de oro que tenía Arturo bajo su cama.

Merlin ~ Un nuevo DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora