Merlin ~ Un nuevo Destino

5° Igual que su padre

Me desperté como cada mañana. Sabía que Arturo hoy se fue a una misión junto con Agravaine, Merlin y más caballeros. Así que me pasé toda la mañana libre.

Estuve haciendo el desayuno para Daphne y para mí... Luego de comer, estuve lavando ropa y haciendo las tareas de mi aposento.

Así estuve toda la mañana.

《Más tarde》

Arturo y los demás habían regresado de la misión. Veía como se acercaban hacia palacio cabalgando.

Yo estaba junto con Gaius mirando por la ventana.

—Ya han regresado. Gaius, ¿crees que Arturo será un buen rey? —pregunté. Gaius me miró confundido.

—¿Por qué lo preguntas? Tú eres la primera que afirma esa pregunta.

—Lo sé... Pero creo que Arturo es todavía muy joven y podría llevarle un tiempo...

—Tranquila, Martha. Sé que Arturo será un gran rey. Y debes de tener fé en él, si tienes fé en él... Llegará a ser el rey que piensas que será. —Explicaba Gaius.— Hay que darle tiempo. Sólo así aprenderá de sus errores.

Yo le miré preocupada. Tenía confianza en Arturo... Pero, ¿y si fallaba en algo? Camelot estaría en peligro.

Minutos después...

Fui al aposento de Arturo para darle el almuerzo. Vi como el rey estaba sentado en su mesa leyendo unos pergaminos.

—¡Hola My lord! —saludé de una sonrisa. El rubio me miró.— ¿Cómo habéis hecho la misión de esta mañana? ¿Ha sido fructífera?

—Sí, lo ha sido. Por fin tomé mi primera decisión. —Dijo él. Yo le miraba extrañada.

—¿Qué decisión?

—Tuve dos opciones. Dejar vivir al rey de Carleon... Que se rehusaba a firmar el tratado que le pedí... O matarlo.

—¿Y qué hiciste?

—Lo maté. —Mis ojos se me abrieron.— No tuve opción. Debo ser un rey fuerte y no débil.

—Arturo... No porque seas rey tienes el derecho a matar a las personas. —Dije tristemente.

—Mi padre fue un gran rey... Y debo aprender a ser un rey igual que él... Para proteger mi reino.

—No, Arturo. Tienes que ser tú mismo. Además, nos tienes a nosotros. Te podemos ayudar en todo lo que necesites.

—Te equivocas. No necesito a nadie. No puedo darme ese lujo. —Explicaba Arturo mirándome seriamente. Yo le miraba sin comprender.— El reino es mi responsabilidad y sólo mía. Y debes aprender a aceptarlo.

Vi como salió de su aposento sin probar mi comida. Yo me extrañé bastante... ¿Por qué Arturo se comportaba así?

Al día siguiente...

Me desperté como cada mañana. Fui a la sala del consejo ya que hablarían de algo importante.

Entré y me coloqué al lado de
Gaius y Merlin.

—Los hombres de Carleon llegarán al amanecer mañana. La reina de Carleon, Annis, quiere vengarse porque maté a su esposo. Y ahora debemos contraatacar. —Decía Arturo. Gaius, Merlin y yo nos miramos preocupados.— Llevarémos las tropas de Camelot a las tierras altas al amanecer... Allí lucharémos contra aquel ejército.

—¡Larga vida al rey! —gritó Agravaine mientras miraba a Arturo. El rubio le sonrió.

—¡Larga vida al rey! —gritaban los demás en la sala. Miraba a Agravaine y vi como una sonrisa en su rostro se formó. Pero no era una sonrisa amable... Era una sonrisa malévola. Dudaba sobre él.