2° Las lágrimas de Uther Pendragón (Parte II)

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Era otro día. Fui al aposento de Arturo para darle el desayuno. Cuando entré estaba Arturo sentado en la silla junto a la mesa, se encontraba enojado.

—Buenos días, señor. ¿Qué le ocurre? —pregunté mientras dejaba el plato de desayuno en la mesa.

—Es Merlin... ¡Ese cretino descerebrado no ha aparecido hoy en mi cámara y se supone que me tiene que decir dónde está mi ropa!

—No creo que sea tan difícil encontrar tu ropa. Sólo tienes que mirar en el armario y ponertela tú mismo. —Le dije a él y me miró con brillo en los ojos. Yo le miré extrañada.

—¿Podrías ayudarme a encontrar mi ropa? Merlin es el peor sirviente que he tenido... y no sé dónde pone las cosas. —Dijo él desesperado— Y encima tengo una sesión de arquería...

—No te preocupes, yo te ayudaré encantada —dije mientras sonreía. Él me devolvió la sonrisa.

Estuve un tiempo buscando la ropa del príncipe Arturo... hasta que encontré todo y le ayudé a vestirse. Por fin estaba listo para irse.

—Gracias Martha —dijo él. Yo le retocaba la armadura para ajustarsela bien. Luego me miró— Sin tí no sé que hubiera hecho... ¡Se va a enterar Merlin de lo que es bueno! —dijo Arturo. Yo reí.

—De nada. Aquí estoy para ayudarte. —Sonreí, de repente noté como nos miramos mutuamente. Yo miraba sus ojos... Esos ojos tan azules como el océano o el cielo. Él me miraba fijamente. De repente noté como él se iba acercando a mí lentamente, pude ver de cerca sus ojos... sus labios casi rozaban con los míos... Pero luego se separó de mí y me miró a los ojos con más distancia entre nosotros.

—He de irme —Sonrió y se fue por la puerta. Yo miraba como se iba. ¿Estabamos apunto de besarnos?

《Más tarde》

Estabamos Daphne y yo durmiendo en nuestro aposento. Yo pensaba en lo que pasó esta tarde en la cámara de Arturo. Casi nos besábamos... Arturo estaba con Gwen y aún así se acercó para besarme. Era extraño, pero sentí algo... Algo en mi corazón que no me dejaba dormir. Era un sentimiento, ¿de amor por Arturo?

De repente un fuerte grito me despertó... era un grito de sufrimiento. Lo escuchaba sólo en mi cabeza, me dolía mucho. Escuchaba bien aquel grito y pude deducir que provenía de un grito de mandrágora... ¿Por qué gritaba tan fuerte? ¿quién estaba usando la mandrágora aquí en Camelot? La mandrágora era una criatura de magia, era raro ver una en Camelot. La única sospechosa de esto era Morgana.

Al día siguiente...

Como todas las mañanas, me iba dirigiendo al aposento de Arturo.
Caminaba por el pasillo hasta que de repente escuché como alguien me llamaba.

—Martha —dijo alguien detrás mía. Volteé y vi a Merlin.

—¡Merlin! ¿dónde estabas? —pregunté preocupada.— Te hemos estado buscando. Arturo está furioso porque no estuviste para servirle ayer.

—¿Puedo hablar contigo? Tengo que decirte algo muy importante. —Añadió él con seriedad y preocupación.

—Sí, ve a mi aposento, ahora voy para allá y hablamos. Voy a la cámara de Arturo para entregarle el desayuno y nos vemos luego. —Dije, él asintió y se fue.

Seguí mi camino para llegar a la habitación del Príncipe Arturo.

Narración Daphne...

Estaba en el aposento de Martha. Yo no esperaba ninguna visita ya que Merlin apareció sin más. Yo me percaté y me puse colorada al verle.

—Buenos días, Daphne.

Merlin ~ Un nuevo DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora