8° El Ojo del Fénix

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Hoy era un día especial. Por el pasillo del castillo habían velas y candelabros por todas las mesas. Hoy era el día en el que Arturo Pendragón debía hacer la misión que daría a conocer el valor y la fuerza de voluntad del gran futuro rey de Camelot.

Merlin le colocaba una capa blanca al príncipe. Arturo se mantenía en una contextura recta mientras pensaba y se dirigía hacia el centro de la sala del rey. Estaba oscuro, y unos rayos de luna entraban por toda la habitación reflejando la medianoche. Merlin, Gwen y yo observábamos como el príncipe se arrodillaba en medio de la sala, mirábamos a través de la puerta... que estaba casi cerrada y asomabamos nuestras cabezas para mirar lo que hacía Arturo.

—¿Qué está haciendo? —preguntó Gwen dudosa. Yo atendí a la respuesta de Merlin.

—Pensando. —Dijo el moreno.

—¿En qué piensa? —preguntó de nuevo Gwen.

—En tí —dijo Merlin con un tono gracioso. Gwen rió y le dio una bofetada amistosa. Yo sonreí.

Luego cerramos la puerta.

—En serio, Merlin. ¿Qué está haciendo Arturo? —pregunté a Merlin con una sonrisa.

—Tiene que elegir una misión. Tiene que transcender a su cuerpo para que su misión se la revele en una visión. —Explicó Merlin. Gwen y yo nos miramos confundidas.

—¿Y os vais a quedar a vigilar? —preguntó Gwen. Merlin le miró.

—Gwen, esté es un día muy importante en su vida. —Dijo Merlin y Gwen asintió dudosa. Yo la miré sin comprender, no me creía lo que decía.

Al día siguiente...

Andaba por los pasillos para dirigirme a la sala del rey para ver si Arturo había decidido algo. Por el pasillo vi a Merlin tumbado en el suelo. Me acerqué a él y comencé a zarandearlo.

—¡Merlin! ¡Despierta! ¿No dijiste que ibas a dejar solo al príncipe? ¿Qué haces aquí tumbado en el suelo? —pregunté mientras él recobraba la consciencia.

—Pensé en esperarle unos minutos y acabé durmiendo en el suelo. —Dijo él sonriendo mientras se tocaba la nuca.

—Hay que ver... Merlin —Sonreí, él me dedicó otra sonrisa.

—¿Y Arturo? —preguntó de nuevo sobresaltado.

—Está en la sala del rey. Iba en camino hacia allí, hasta que te encontré.

—Debemos ir con él. —Dijo Merlin levantándose mientras corría hacia la sala. Yo le seguí.

Llegamos a la sala del rey. Allí estaban Uther, Arturo, unos guardias y más sirvientes. Al parecer, Arturo había pasado la noche entera pensando en la misión en la sala. Escuchábamos las palabras de Uther a su hijo.

—¿Ya sabes la misión que completarás? —preguntó el rey ante el príncipe. Arturo nada más que estaba serio y firme.

—Sí, entraré al reino del rey pescador y traeré el tridente de oro mencionado en las leyendas de los reyes caídos.

—¿Sabes que si quieres probar que eres digno del trono debes hacer esa tarea tú solo? —preguntó Uther con preocupación hacia Arturo. Él le miró.

—Lo entiendo. —Añadió Arturo. Yo miraba la escena preocupaba. ¿Cómo que Arturo iba a hacer una misión tan difícil él solo?

《Más tarde》

Me dirigí al aposento de Arturo para darle el almuerzo. Allí estaba él, pensando todavía sentado en su cama.

—¡Hola My lord! —saludé mientras le ponía el plato de comida en su mesa. Él se acercó, vi como estaba preocupado— ¿En serio que debes hacer la misión tú solo? —dije. Él me miró y me sonrió.

Merlin ~ Un nuevo DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora