So Sweet | Chaesoo

Las Muelas de Chae

—Dejé sopa en el refrigerador—anunció Jisoo mientras se ponía su abrigo—. Sólo debes calentarla, y más vale que la comas.

Rosé, que estaba acostada en el sofá con una compresa fría pegada a su mandíbula, asintió con queja. Le acaban de retirar sus muelas del juicio y tenía algunos días libres del trabajo. Le había pedido ayuda a Jisoo con las comidas, ya que ella misma era un desastre en la cocina, y definitivamente no quería quemar su casa.

—Grashias, Shu.—dijo como pudo.

Jisoo solo sonrió, tomando su bolso para irse a su trabajo y acercándose a la rubia.

—Siéntete mejor rápido, Chaeng.—beso su cabeza— No dudes en llamarme y no hagas ninguna estupidez.

Rosé solo asintió de nuevo, escuchó la puerta cerrarse y poco a poco se quedó dormida.

Jisoo iba tarde al trabajo y lo sabía. Cuidar a Chae le estaba quitando puntos en su carrera pero no podía dejarla sola, era la única persona de la rubia en el país,  así que debía hacerlo.

Rápidamente entro en su oficina y vio que el reloj marcaba apenas un minuto después del horario. Dejó salir el aire en sus pulmones y empezó a hacer su trabajo.

Espero que Chae se esté comiendo la sopa, me costó mucho trabajo hacerla, pensó.

La pelinegra suspiró, pensando que seguramente Chae también quisiera comer helado porque no le dio tiempo de comprarle. Debía hacerlo cuando saliera del trabajo. Si, eso haría.

—¿Que haces con la cabeza en la nubes?

Se sobresaltó a escuchar la voz de Jennie.

—No estaba distraída.—replicó, antes de ver su computadora y ver como la "a" se repetía en el documento unas 200 veces— Solo estaba pensando.

—Ponte a trabajar o Yoona se pondrá muy molesta al ver que no te estas autoesclavizando de nuevo.

Todos en la oficina pensaban así, era una adicta al trabajo y lo sabía. Jisoo en un año no había faltado ni llegado tarde ni un solo día. Con fiebre, cólicos menstruales, el cumpleaños de su madre, tormentas eléctricas. Jisoo jamás había cometido una falla.

Para sus compañeros, era el típico estándar de perfección que los hacía trabajar más. Ella eran tan ridículamente centrada, que no se permitía hablar de otro tema que no sea el profesional en horario laboral. Incluso hacia horas extras los días feriados.

Para todos, era un loca.

Pero para la empresa, era su mejor carta.

—Señorita Kim.—Jisoo alzó su mirada— Vamos a la sala de juntas.

Ella asintió, y siguió a su jefa hasta la sala donde la esperaban los socios de la firma que estaban trabajando en una adquisición. Porque si, Jisoo era una analista excepcional, solo para las cosas del trabajo.

—Señores Lee, ella es Kim Jisoo, la gerente del departamento. Estará con nosotros revisando los documentos hoy.

Jisoo se tensó, nunca antes había estado tan involucrada con los clientes de la empresa.

Hizo una reverencia.

—Será un placer trabajar con ustedes.

El señor Lee, el dio una sonrisa confiada e iba a tomarla del hombro, cuando esta de una manera casi invisible para los ojos, tomo su mano en un apretón, y tocó su hombro en cambio. Dejando un poco desconcertado al señor Lee.

Ella dejó salir una sonrisa.

—Empecemos con la adquisición.

Y así fue.