Te lo ruego

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Como era de esperarse, al despertar ese sábado, Rosé tenía a Jisoo sacando todos sus adornos navideños para decorar el departamento de la mayor, mientras Dalgom molestaba al pobre y tranquilo Hank.

—Bebé—y Rosé giró automáticamente— ¿Tenemos planes para navidad?

Rose amó que Jisoo las hiciera una sola.

—Claro que si.—afirmó mientras colgaba bambalinas en el árbol— Pasamos navidad con tus padres y año nuevo con los míos.

Jisoo asintió feliz.

—¿Tenemos más planes?—preguntó la rubia.

—Si...—Jisoo parecía algo nerviosa— Esta la cena de navidad de la compañía en dos semanas. Y yo... quería invitarte.

Rosé dejó caer el adorno que tenía en su mano y Jisoo la miró con atención.

Desde que Jisoo empezó a trabajar su espacio era algo sagrado para ella, Rosé débilmente era la única persona que apenas rozaba la frontera de la adicta al trabajo, perfeccionista y todas las cosas que involucraran a la Kim Jisoo profesional.

—¿Co-con tus compañeros de tra-trabajo?

Jisoo asintió, queriendo quitarle importancia. Pero al ver la impresión de su novia, supo que tenia que hacer algo.

—Quiero que te sientas incluida en todos los aspectos de mi vida, Chae.—se sentó a su lado— Me haría muy feliz que fueras, y se que te encantará ir a una fiesta con temática de navidad.

Los ojos de la rubia brillaron.

—Eres tan linda.—Jisoo rodó los ojos— Ahora deja de hacerte la tonta, Kim Jisoo, ven a ayudarme a acomodar el árbol.

Tomó su mano y la levantó del suelo.

...

¿Como se supone que debería prepararse para ir a la fiesta de navidad de su novia? Su novia que era la jefa de su oficina, con un futuro brillante y que seguramente muy codiciada.

Porque Chaeyoung lo sabía. Todos miraban a Jisoo como si fuera la última mujer hermosa del mundo.

Así que aliso su vestido y bajó de su edificio para esperarla. Como siempre, la pelinegra era puntual. Y cuando se bajo de su camioneta vestida tan elegante y ridículamente hermosa... porque, mierda, Jisoo dejaría a todos en esa oficina en ridículo.

Ella sacudió su cabeza.

—¿Que tengo que hacer para que la hermosa princesa suba a su carroza?—agh... su voz era algo que derretía a Rosé.

—Podríamos empezar con un beso.—la más alta se acercó a ella para dejar un beso lento en sus labios antes de subir al auto.

Todo el camino la mano de Jisoo estuvo acariciando las piernas de Rosé, lo cual debería en teoría funcionar para tranquilizarla, pero en lugar de eso la estaba... excitando un poco.

Rosé se había mantenido con sus manos atadas durante casi un mes. Y aunque a veces quería llorar porque quería que Jisoo la tocara, la mayor siempre era excesivamente cuidadosa con ella.

"En realidad quiero que me folles como si no hubiera un mañana" quería decirle.

Pero se mantenía firme en respetar los tiempos de Jisoo y que todo ocurriera naturalmente.

Dios, dame fuerzas. Pensó.

Y antes de que pudiera darse cuenta, Jisoo retiró sus caricias, dejando esa parte del cuerpo de Rosé muy frío.

—Llegamos, amor.

Y le dio la sonrisa más tierna del mundo. Casi se sintió culpable por sus pensamientos. Casi.

So Sweet | ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora