Solo tuya

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Estaba mareada. Sus manos sudaban. Sus ideas estaban dispersas. Lo único que eran claros está vez... eran sus sentimientos.

El camino se sentía solo, perfecto para pensar.

¿Que le voy a decir?

Hola, Chae, resulta que me di cuenta que he estado evadiendo mis sentimientos por ti desde la universidad ¡o quizá antes! Quiero que estemos juntas ahora ¿si?

Fingió vomitar.

Que terrible manera de declararse.

Ella se merece la mejor declaración. O al menos la mejor que Jisoo podía idear en medio día de planificación. Fue a comprar la comida, unas flores, y un regalo especial.

Y todo ese tiempo sentía que se estaba muriendo, porque esto podría arruinar su vida (si, todos sabían que Chae era su vida) o darle otro significado muchísimo más importante.

Tembló.

Ya con todo en su auto, fue al apartamento de Rosé y tocó la puerta, cosa que nunca hacía.

Por eso mismo, Chae se asomó solo un poco por la puerta igual que Hank, y Jisoo ahogo una carcajada que disipó todos sus nervios. Cuándo la rubia abrió la puerta sus labios estaban separados al ver la imagen que ha estado esperado por la mitad de su vida.

Jisoo estaba en el pasillo con la cena y unas flores, unos tulipanes, luciendo tímida y... tan hermosa.

Ella es en serio hermosa, pensó Rosé.

—Tadaaa.—músito por lo bajo, haciendo que a Rosé le diera un ataque de ternura— ¿Puedo pasar?

Y así la mayor se dio cuenta que Chae si estaba planeando una cena especial, la rubia estaba vestida hermosa como siempre. No era común verla en falda y usando ropa a su talla al menos que tuviera algo importante que hacer en la empresa.

Pero ahí estaba, vestida en colores cálidos, una falda que llegaba a sus muslos, una blusa blanca que resaltaba su curvas, todas ellas, y un suéter tejido que dejaba un hombro a la vista. Jisoo hizo todo lo posible por no suspirar en cuanto entró a su casa...

Las luces estaban tenues. Y habían velas en algunos lugares decorando, el ambiente era tan acogedor y... romántico. Volvió a tragar grueso, se giró para ver a Chae y ella tenía a mirada en el suelo, jugando con sus manos y luciendo muy avergonzada. Lo veía en sus mejillas.

La mayor sonrió, su corazón estaba latiendo muy rápido.

Extendió su mano para que tomara las flores, y ella solo las tomó sin mirarla, reprimiendo una sonrisa y salió en cuanto se giró a ponerlas en agua.

Las dos estaban tan nerviosas que no sabían como actuar en esa situación.

Entonces Jisoo se rió, negando divertida con la cabeza mientras ponía la mesa para cenar. Incluso cuando fue a buscar los platos y paso cerca de la abrazó por detrás acariciando su hombros. La menor solo quedó congelada ante el gesto, siempre lo hacía de todos modos, ¿por qué ahora se siente tan malditamente bien?

Jisoo sirvió la comida y Rosé sacó las botellas de soyu. La rubia amaba el kimchi con soyu.

—¿Que tal te fue en el estudio?

Rosé tenía la boca llena.

—Iem–tragó—. Todas las canciones están aprobadas, pero quien un par de remix y versiones acústicas como siempre.

—¿Si tienes tiempo?—Rosé la miró con obviedad— No lo tienes.

—No, pero siempre se me ocurre algo.—y le guiñó el ojo— El teléfono es... genial por cierto.

So Sweet | ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora