¿Viniste a visitarme?

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El grupo que le habían asignado iba a lanzar su comeback muy pronto, por lo que Rosé podía ver en su futuro mucho estrés e insomnio.

Resopló lanzando sus lentes a un lado.

Las canciones ya estaban siendo grabadas, y todo estaba encaminado. A su lado tenía a Lisa quien jugaba algo en su teléfono mientras ella terminaba de producir la canción con las voces que eran, y así la tailandesa podría empezar a armar la coreografía.

—¿Podrías dejar de suspirar? Me tienes cansada, Chae.

La rubia suspiró otra vez.

—Si estas cansada puedes irte, ahí esta la puerta.

—Ay no, conmigo no vas a comportarte así.—dejó su teléfono al lado— Llamaré a Jisoo para que sepa que te estas comportando como una mierda conmigo.

Rodó los ojos.

—Aish, soy una adulta ¿por que-

—¿Jisoo? Chae...

—NO LO HAGAS.—y de un manotazo lanzó el teléfono en las piernas de Lisa quien escapo para reírse en el suelo sosteniendo sus estómago.

—JAJAJAJAJAJAJA.

Cuando la rubia se dio cuenta, su teléfono estaba apagado. Le había jugado una tonta broma.

—TE ODIO, MANOBAL.

—Ya, ya. Amo tocar tu punto débil.—se burló y Rosé solo pudo hacer un puchero.

Aun molesta, le dio los toques finales a la canción y se la entrego a Lisa para que armara la coreografía.

Así que se quedó sola en el estudio.

Con sus pensamientos.

Una semana.

Una semana a la que no veía a Jisoo.

Siempre se hablaban y se escribían pero no era lo mismo después de acostumbrarse a sus visitas y constante compañía.

Así que por milésima vez en el día, suspiró. Y haría algo para no sentirse tan mal luego, además, también quería agradecerle a Jisoo por todo el tiempo que la cuido. Si, haría eso.

...

Una sonrisa cansada se dibujaba en el rostro de Jisoo al saber que estaba cerca de terminar su trabajo mientras sonaba la nueva canción de Chae en sus audífonos.

Su pie tamborileaba el piso y sus cabeza se movía de un lado al otro. Tanto que Nayeon la observaba como si algo raro estuviera pasando. Kim Jisoo nunca se mostraba tan feliz trabajando, siempre mantenía una postura seria y recta.

De repente sintió la vibración del vidrio que dividía su oficina de las del resto. Era Jennie. Se quitó sus audífonos y la miró extrañada.

—¿Necesitas algo?—preguntó.

—Te esperan afuera.—y movió su dirección al lobby.

Jisoo tuvo que salir de la oficina y enfocar la mirada para ver a Chae de pie afuera. Jugando con sus pies y mirando hacia abajo.

Todos en la oficina pudieron notar como el rostro de Jisoo se iluminaba.

—Chae...

Y fue hacia ella.

La rubia, al verla esbozó una gran sonrisa y abrió sus brazos. Jisoo incluso troto un poco para ella hacia ella y enredarla en un abrazo.

—Chuuu, te extrañé.

Sorpresivamente para toda la oficina, que levantaron sus cuello en dirección a la jefa de departamento. Nadie además de Jennie había tenido contacto físico con ella. Todo se limitaba a asentimientos y miradas.

So Sweet | ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora