VIRGINIA
De camino al centro de rehabilitación donde está mi suegra Lindora, un silencio aterrador cubre toda la atmósfera del auto. Angelo solo mira hacia el frente mientras yo observo el paisaje que nos rodea.
Hacía apenas unas horas que habían llamado a Angelo para informarle que a su madre la daban de alta y que ya podía llevársela a casa. Según ellos ella estaba mejor.
Al llegar a la clínica, estaciona el auto y me vuelve a ver.
-Cariño, si mi madre te dice algo del pasado, lo que sea, no la cuestiones. No quiero volver a verla retroceder. -anuncia Angelo y en sus ojos puedo ver un brillo de preocupación y anhelo a la vez.
Y es comprensible porque durante años había tenido que ver a su madre fuera de control, medicada y hospitalizada en ese sitio. Afirmo con la cabeza, le doy la mano, y caminó a su lado, con cada paso que damos su respiración se acelera por los nervios.
-Tranquilízate amor, todo estará bien. -le susurro. Él me mira y sonríe. Le devuelvo la sonrisa.
Tener a Angelo como novio ha sido lo mejor que me pudo haber pasado, él es tan tierno, dulce, cariñoso, todo un caballero, pero en la cama es tan diferente, es todo un salvaje ardiente y eso me encanta. Estos cuatro meses han sido los mejores de mi vida y no lo cambiaría por nada del mundo.
Al entrar al lugar me paralizo por un momento al ver al despreciable de Porfidio. Luego escucho a Angelo hablar bajito y se cuestiona que hace su papá aquí y me sorprendo. No puede ser, él es su padre. Esto no puede ser verdad.
-Angelo, hijo mío -saluda su madre apenas lo ve llegar, abrazándolo con fuerza y a mi me saca de mis pensamientos.
-¿Cómo estás mamá? -habla Angelo con una sonrisa, mientras le acariciaba las mejillas.
-Estoy bien, pero quiero ir a casa. Ya no quiero estar más aquí. -dice ella sonriendo.
-Me lo imagino -responde Angelo volviéndola a abrazar con más fuerza. Después de ese abrazo se separan, ambos sonríen y Angelo toma mi mano uniendola a la de él. -¿Y tú, papá cómo estás?
Volteo hacia mi lado izquierdo, viendo a Porfidio a mi lado. «Quise gritarle ¡qué se fuera! Y que me dejara en paz» pero recordé que Angelo lo había llamado papá segundos atrás. ¿Por qué justo él tenía que ser su papá? Esto es tan incomodo.
Porfidio me ve asombrado, al verme de la mano de su hijo, lo veo tragar grueso y dice.
-¿Con que virginia es tu novia? -Porfidio habla con cierto nerviosismo.
Angelo arruga el entrecejo con duda y pregunta.
-¿La conoces? -pregunta Angelo con evidente confusión.
-Pues claro, es la hermana de Netya.
-¿Quién es Netya? -cuestiona Lindora mirándonos a todos.
Porfidio miró a Angelo, y con la cabeza le dijo que no, mientras le hace señales de que no le diga la verdad de su antigua relación.
-No es nadie, simplemente una antigua empleada de la empresa -se apresura a decir Porfidio, Lindora voltea a ver a Ángelo quien le afirman con la cabeza mientras cierra los ojos con enfado por tener que mentirle a su madre.
Más tranquila Lindora se acerca donde estoy me mira a los ojos.
-Eres igualita a tu padre.
Abrí la boca para preguntarle ¿qué de dónde lo conocía? ¿Y si sabe dónde está? Pero Angelo me apretó la mano recordando que me tenía que quedar callada.
-Eres un ser de luz así como él -concluye ella dándome un beso en la mejilla. Para después caminar hacia donde está su esposo. -Llévame a casa, amor. Quiero descansar en nuestra cama, acostarme a tu lado y recordar los buenos momentos.
-Vamos cariño, aquí ya no tienes nada que hacer -contesta Porfidio con voz dulce, mientras yo intento no vomitar por recordar el ser tan despreciable que es.
En todo el trayecto no dejo de pensar en lo que Lindora dijo. Estoy segura que ella conoció a mi padre, quisiera pregutnarle, exigirle que me diga, pero tengo que contenerme, ya llegará el momento que pueda cuestionarla, aunque Angelo no le gustara. Al llegar a la casa, Lindora se sienta en los sillones mientras uno de los empleados le sirve una taza de café caliente.
-Ven Porfidio siéntate a mi lado. -ordena, mirando a su marido. Él obedece.
-Que bueno verte tan bien y tan feliz. -digo con satisfacción, tomando asiento en otro sillón y Angelo se sienta a mi lado.
Ella nos vuelve a ver, embozando una pequeña sonrisa.
-Yo también estoy feliz de estar aquí, en mi casa, con mi hijo y mi esposo. Y ahora con un nuevo miembro en la familia, tú.
Durante toda la tarde, Lindora habló sin parar, preguntando cosas sobre nuestra relación así como lo que había hecho su querido esposo todo este tiempo, los cuales él respondía con mentiras y engaños.
De pronto Angelo se acerca a su lado, la mira a los ojos con seriedad
-Mamá. te quiero preguntar algo, pero tengo miedo de tu respuesta. ¿Qué piensas de que haya dejado el diaconado?
Lindora levanta su rostro con una mano y le responde con ternura
-Sí lo hiciste por amor. Fue lo mejor que pudiste haber hecho. Aparte, el error fue mío en haberte obligado a hacer algo que tú no querías.
Angelo le da un beso en la mejilla y la abraza.
-Te amo, mamá
-Y yo a ti, hijo mio.
FIN
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VIRGEN PERO NO SANTA #PGP2024
ChickLitVirgina; una joven atrapada en un hogar opresivo, acepta trabajar en un lugar que no es de niñas de bien, todo para obtener su apreciada libertad. En ese mundo lleno de perversion y maltrato, se enfrentará a desafíos y obstaculos, que la llevarán...