VIRGINIA
Mi corazón late muy rápido, ver a Netya alejarse junto al miserable de su padre, me duele, nunca pensé que las cosas iban a terminar así. Vuelvo a acercarme a Ángelo, quien no dejaba de mirar el suelo, me imagino que por vergüenza.
—Ángelo —susurro acercándome a su lado.
Él levanta su mirada y puedo ver en sus ojos dolor junto con tristeza, acompañado de un rostro golpeado y ensangrentado, lo abrazó para que se sienta mejor.
—Ese hombre es un miserable —Gruñe aún con enfado.
—Sí, lo sé —afirmo, tocando su labio rotó —Ven, entremos a casa —digo tomando su brazo. A lo que él acepta caminando a mi lado.
—Virginia, ve y trae una compresa fría —ordena mi madre al ver a Ángelo en ese estado tan deplorable. A lo que afirmo corriendo hacia la cocina, mientras Ángelo se sienta en uno de los sillones de la sala.
—Muchacho ¿Por qué golpeaste a Leonel? —escuchó que le pregunta mi madre.
—Qué vergüenza con ustedes —comienza a decir Ángelo con voz suave —sé que es su familia, y eres la esposa, pero a ese hombre yo lo odio con el alma. —Espeta con rabia.
—¿Por qué lo odias? —interrumpo entrando a la sala. Entregando la compresa fría a Ángelo; esté, se la coloca en una de las heridas que tiene en la cara, haciendo mueca de dolor.
Ángelo nos mira con cara de preocupación y angustia, bajando la cabeza avergonzado. Yo lo miro confundida, sin entender mucho por qué su enojo.
—Lo la-lamento ta-tanto no quería que pa-pasara to-todo e-esto. —tartamudea viéndonos apenado. —Solo vine para disculparme con Virginia.
De inmediato mi madre voltea a verme con asombro al darse cuenta de qué yo ya conocía a Ángelo.
—Tranquila madre, él es el diácono de la iglesia. —susurro, sintiendo algo de pena al recordar que estoy enamorada de alguien que es imposible.
Casi como la niña del exorcista, mi madre vuelve a ver Ángelo, quien se le sube los colores a la cara de vergüenza. Hasta yo siento que me pongo de todos los colores.
—Soy el diácono Ángelo. —balbucea.
—Padre, que felicidad tenerte por aquí —habla mi madre con alegría, mientras se sienta a su lado. —Fernanda, ve y trae café, por favor. —le pide con una sonrisa.
Sin protestar, mi hermana se levanta del sillón donde está sentada y se encamina a la cocina.
—Gracias, señora, pero creo que mejor me voy. Han pasado muchas cosas en una noche, aparte que es muy tarde y no quiero seguir molestando. —anuncia Ángelo levantándose de su asiento.
—Tranquilo. Si lo dices por la pelea con mi exmarido. Te aseguro que se lo merecía. —habla mi madre dándole una pequeña sonrisa.
Ángelo voltea a verme con asombro, me imagino que por su mente no le había pasado una respuesta así.
—Yo-yo pe-pensé qué. —tartamudea Ángelo. Yo sonrío, se ve tan tierno cuando habla así.
—Ese hombre es un bueno para nada, un patán como dice Virginia —afirma mi madre.
Asombrado me vuelve a ver, a lo que con una pequeña sonrisa le afirmo.
—Ahora sí, padre cito. ¿Nos vas a contar el motivo del porqué lo golpeaste? —dice mi madre tocando el brazo de Ángelo para que se vuelva a sentar a su lado.
—Ese hombre destruyó mi hogar… —susurra con dudas Ángelo.
Mi madre abre mucho los ojos sorprendida, saliendo de su boca un leve suspiro.
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VIRGEN PERO NO SANTA #PGP2024
Chick-LitVirgina; una joven atrapada en un hogar opresivo, acepta trabajar en un lugar que no es de niñas de bien, todo para obtener su apreciada libertad. En ese mundo lleno de perversion y maltrato, se enfrentará a desafíos y obstaculos, que la llevarán...