9° CAPÍTULO: ¿SE CONOCEN?

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De pronto la puerta de la casa se abre, saliendo dentro de ella, mi madre, y lo primero que ve es a mi hermana Netya parada allí junto a un hombre agarrados de las manos.

Mi corazón late rápido mientras intento procesar la situación. Miro a mi hermana, que parece completamente tranquila y sin rastro de miedo en su rostro. Mi madre se mantiene de pie delante de ellos, sin palabras y sin saber cómo reaccionar, su cara se tornó blanca como un papel, su cuerpo tiembla de miedo.

—Netya ¿quién es él? —susurra con nervios mientras intenta disfrazar la situación para que su marido no la escuche.

—Mamá, déjame presentarte a mi novio, Porfidio, Porfidio Villanueva —dice ella con una sonrisa en sus labios.

Siento un nudo en el estómago, mientras analizo la reacción de mi padrastro si se entera de esto. Pero mi media hermana no parece temerle en absoluto.

—Un gusto conocerte, Porfidio —dice mi madre con voz baja, intentando sonreír a pesar de su desconcierto.

Mi hermana toma la mano de su novio y lo mira con cariño. Se puede ver que ella realmente lo ama.

—Lo mismo digo, señora. He escuchado mucho sobre usted —responde Porfidio con cortesía.

Mi madre intenta parecer relajada, aunque se nota que por dentro está preocupada por cómo maneja su esposo esta situación. Mi hermana cruza la puerta y la abraza con cariño.

—No te preocupes, Míriam. Papá también lo entenderá —dice con tranquilidad, como si leyera nuestros pensamientos.

De pronto de la nada, Leonel se escucha gritar desde adentro.

—Mariam ¿Quién es?

A lo que mi madre, en un intento de controlar la situación, responde

—No es nadie, es Netya que viene con Virginia. —dirigiendo la mirada hacia donde estoy. La pareja casi de inmediato me voltea a ver.

El hombre del night club se queda estupefacto sin poder reaccionar, él al igual que yo jamás nos imaginamos volvernos a encontrar y mucho menos en esta condición.

Intente mandarlo al quinto infierno apenas me vio, pero como explicar donde lo conocí y el motivo por el cual lo aborrecía con todo mi corazón, por lo que opte en mejor quedarme callada.

—Virginia pase para adentro —ordena mi madre abriendo la puerta aún más…

Paso por el medio de ambos y me le quedo viendo al tipo con ojos de odio, el hombre baja la cabeza.

Al tocar la primera grada para entrar, Leonel, mi padrastro, sale de la casa justo en el momento equivocado. Sus ojos se clavan en la imagen de mi hermana y su novio, tomados de la mano con una actitud relajada. Puedo ver cómo su expresión cambia de sorpresa a ira en cuestión de segundos.

Sus puños se tensan y su mandíbula se aprieta mientras observa la escena. Mi madre, a su lado, parece asustada y nerviosa, sin saber cómo calmar la situación.

—¿Qué demonios está pasando aquí? —gruñe Leonel, su voz llena de furia contenida.

Mi hermana suelta la mano de su novio y retrocede, pero no muestra miedo en absoluto.

—Papá, te estábamos por decir… —comienza a explicar, pero es interrumpida.

—¡No quiero escuchar tus disculpas! —trono Leonel, su mirada fija en el joven parado frente a él.

Siento un nudo en el estómago y una sensación de impotencia. No sé si intervenir o quedarme en silencio, así que me mantengo en mi lugar, observando la tensión en el aire.

Mi madre interviene, su voz temblorosa:

—Leonel, por favor, cálmate. No es lo que piensas.

Pero él parece fuera de sí, incapaz de escuchar razones en ese momento. El novio de mi hermana intenta decir algo; sin embargo, es ignorado por completo.

—¡Fuera de mi propiedad! —grita Leonel, señalando hacia la salida.

Mi hermana se pone entre su novio y Leonel, valiente a pesar de la situación.

—No tienes derecho a hablarle así, papá. Porfidio es importante para mí.

—Netya —Vocifero Leonel, sin apartar los ojos de tipo —vete para adentro y ahora hablamos.

Netya respiro profundo y con valentía se acerca aún más al tipo.

—No lo haré… él es mi novio y es el hombre a quien amo.

Leonel, qué no podía aguantar su mal carácter, la tomo puño de pelo y la jalo hacia adentro de la casa.

—Soy tu padre, y aquí se hace lo que yo diga… ¿Me entendió?

—Suéltame papá, qué me duele —comienza a gritar Netya mientras intentaba soltarse de su agarré.

—No lo haré. Igual que todas aquí me tienes que respetar —grito con todas sus fuerzas mientras la jala hacia el cuarto oscuro.

Nunca en lo que yo tenía de vivir con Leonel lo había visto tan furioso con Netya. Tanto así que jamás la había metido en ese cuarto. Ni a ella ni a nuestra hermana más pequeña Clarita, quien es la única hija dentro del matrimonio.

—Papá, por favor —se comenzaron a escuchar los gritos y las lamentaciones de Netya desde adentro. Pero nadie hizo nada por temor a lo que pudiese pasar.

Leonel, camino de nuevo hacia la entrada, pasando por mi lado, quiso decirme algo, pero se contuvo volviendo a ver a mi madre que solo veía a su esposo furioso.

—Vete para adentro mujer y ahora hablamos… —ordeno entre dientes intentando contener su ira, mirando a su esposa

Mi madre bajo la cabeza y obedeció, empujándome hacia adentro, mientras cerraba la puerta, quedando los tipos afuera.

Corro hasta mi cuarto y tome el teléfono celular, no me había percatado lo nerviosa qué estoy, hasta cuando note que no podía marcar el número de Marce.

Mi corazón latía con fuerza, las piernas no aguantan más mi peso, cayendo en la cama, poniéndome a llorar.

Por varios minutos llore como una bebe sin saber la razón, quizás había aguantado tanto que mi cuerpo no resistió más expulsando todo el dolor que llevaba dentro.

Ya más tranquila, me enderezo y me limpio las lágrimas.

“Ese desgraciado de Porfidio me las va a pagar, igual qué Leonel… No sé cómo, pero juro que lo haré” balbucee con resentimiento, mientras me juraba a mí misma parar con esta situación.

Camino hacia el cuarto oscuro donde se encuentra Netya y abro la puerta. Ella coloca su mano en la cara para detener la claridad y al verme baja la cabeza.

—Sí, mi padre te ve aquí te va a castigar. —anuncia con cierto recelo.

—¿Cómo se siente estar aquí? ¿Verdad que es horrible? —cuestiono, pero ella no contesta —Vez lo que se siente… Esto es lo que vivimos nosotros con tu padre.


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VIRGEN PERO NO SANTA #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora