25° Capítulo: UN GRAN REFUGIO

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ÁNGELO

Después de que me sacaran como un perro del night club donde trabaja Virginia, veo cómo también lo hacen con los otros hombres que me pegaron, quienes van saliendo de uno en uno. 

«Por lo menos, no fui el único que sacaron de ese night club»

Empiezo a caminar para alejarme de ese feo lugar que tanta rabia me da.

«Tengo que hablar seriamente con Virginia, ella no puede seguir trabajando ahí, no soporto ver como otros las miran y le dan dinero»

«No puedo negar que ella se mueve increíble, su cuerpo es hermoso, y su cara es angelical, la quiero, la quiero para mía, que baile solo para mí, que se ría junto a mí… Verla ahí arriba, en esa tarima provocó que me excitara, que la deseara y que quisiera poseer»

«¡Ay, Dios mío! Desde que la conocí mis deseos se han vuelto pecaminosos, llegando incluso a dudar de mi vocación» 

Mientras voy caminando, perdido en mis pensamientos, el grito de uno de esos hombres me hace detener mi paso, volviendo a ver; uno de ellos le grita al guardia de seguridad.

—Suéltame imbécil. No sabes con quién te metiste. ¡Esta me la vas a pagar! —vocifera uno de ellos.

El guarda de seguridad, quien tiene un cuerpo fornido por tanto gimnasio, así como de gran estatura, lo ve con enojo.

—Crees que me importa. Ahora se van de aquí, si no quieren que llame a la policía. Y le aseguro que les irá peor —espeta el hombre con rabia.

Uno de los hombres, a quien se nota que no le gustó la idea de que llamaran a la policía, se acercó a su compañero y le dice con rabia.

—Déjalo y vámonos de aquí. Hay lugares mejores que esta porquería de club. Desmotivados y enojados, los cuatro hombres se alejan del sitio caminando hacia mi dirección, no sé por qué mi cuerpo no se mueve, solo sé que me quede viéndolos.

Ellos se percata de mi presencia, de inmediato noto como sus ojos se tornan rojos de furia, sus mandíbulas se tensan, mientras me ven sin pestañear. 

—¿Ese no es el sujeto que me empezó a pegar, provocando que nos sacaran del night club? —vocifera uno de los tipos.

—Sí, ese mismo —responde otro con rabia. Decididos y con sed de venganza, comienzan a caminar más rápido sacando de sus bolsillos unas pequeñas navajas.

«Esto se salió de control»

Con miedo giro mi cuerpo hacia otra dirección y comienzo a correr.

—¡No corras, solo queremos hablar contigo! —escucho que grita uno. 

—¡Me la vas a pagar, ya verás idiota! —gritó otro. 

—¡Eres un imbécil, no sabes con quién te metiste! —gritan sin parar mientras corren desesperados hacia mi dirección. 

—Dios mío, en qué lío me he metido —balbuceo mientras miro a mi alrededor, confirmando que estoy solo, acompañado de la oscuridad de la noche.

Busco dónde refugiarme o pedir ayuda, pero no veo nada. Sigo corriendo con desesperación, ya me comienza a faltar el aire, aun así, sigo corriendo.

A lo lejos puedo ver una luz tenue que sale de un cuarto, detengo el paso, tomo aire y miro hacia atrás, reafirmando que aun los hombres vienen detrás de mí, aunque un poco lejos. Sin pensarlo corro hacia la luz que al acercarme más, noto que la habitación se encuentra en la planta alta de una casa de dos pisos.

Desesperado tocar el timbre, pero nadie abre, quizás por miedo. Por lo que comienzo a gritar con exasperación.

—Por favor ábrame, soy Ángelo un buen hombre y si no me abres varios hombres me matarán.  

VIRGEN PERO NO SANTA #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora