VIRGEN PERO NO SANTA #PGP2024

24° Capítulo: ADIÓS LEONEL

VIRGINIA

Al fin hoy es la última noche que le dedicaré al club. Por un lado me hará falta seguir bailando, pero se que debo dejar esto, no me puedo pasar mi vida en el night club, aunque me gusta. Además, ya tengo recolectado una gran cantidad de dinero y creo que con eso, podré huir junto a mi hermana.

Estoy bailando alrededor del tubo, como siempre lo he hecho de manera sensual y provocativa. En uno de mis giros veo a Angelo y sin poder evitarlo sonrió, no puedo creer que esté aquí, viéndome a mí. El me hace señas para que baje, pero lo ignoro mientras continuo bailando más provocativa, quiero ver como se pone al verme bailar.

Veo a un hombre que me quiere entregar una papeleta de dinero de alta denominación, me acerco a él juntando mis pechos para que coloque el dinero en ellas, pero antes de que lo pueda hacer; Angelo se le lanza a el hombre, no se que paso, porque todo paso muy rápido. solo se que en cuestión de segundos, ambos hombres comienzan a pelear, otras personas se acercan para lo mismo. Trato de evitar que sigan peleando, pero no puedo.

Mi corazón late frenéticamente, y no puedo evitar las lágrimas. La voz gruesa del jefe hace que todos se separen. Me acerco a Angelo cuestiono como está, pero otra vez la voz del jefe interrumpe, Volteo a ver a Angelo con preocupación, con la cabeza asiente de que está bien para terminar viéndolo como lo sacan del lugar.

Un pesar se me clava en el corazón, era la primera vez que Angelo venía aquí. Y seguro venía con la intención de convencerme para que dejara este lugar, como la había hecho en toda la semana, pero en ningún momento le dije que eso haría, pues mi idea siempre fue decírselo de sorpresa.

Intento salir para ir detrás de Angelo, pero el jefe me dice que continúe hasta terminar. Su mirada me causa miedo y por esa razón continuó bailando. Volteo a ver al jefe con duda, pero su mirada amenazadora me insta a seguir con mi baile, y comienzo a moverme sin parar por aquel tubo frío y metálico. Los hombres como de costumbre chiflan y aplauden sin parar, volviendo todo a la normalidad.

Al terminar la música y ya cansada, me deslizo hacia el piso para recoger los billetes qué quedaron ahí. observo que es bastante y sonrio con satisfacción, al saber que esta será mi última noche y que me iré con suficiente dinero en el bolsillo. Continuo agarrado los billetes del piso, hasta que la mano de un hombre posa sobre mi mano.

Al levantar la mirada con enfado hacia ese inoportuno, mi cuerpo se tensa, siento que todo a mi alrededor se paraliza, estoy sin poder reaccionar ni moverme, mientras veo como de su boca sale una sonrisa maliciosa.

—¿Con que trabajas aquí? —su voz me hace reaccionar.

Tiro mi cuerpo hacia atrás, con la intención de irme. Pero él toma mi brazo con fuerza para que me detenga. En ese momento mi cuerpo empieza a temblar.

—¿A dónde crees que vas? puta —cuestiona viéndome a los ojos con diversión. Para luego verme con enojo.

—Suéltame, Leonel, ¡me estas lastimando! —grito moviendo mi brazo con fuerza hasta lograr quitármelo, cuando puedo liberarme, salgo corriendo hacia el camerino.

Mientras corro mi corazón late con frenesí "¿Cómo ese maldito me pudo descubrir?" Ya adentro puedo sentir como mi cuerpo tiembla sin control, me falta el aire, mientras mi corazón se me quiere salir, latiendo muy rápido. Coloco el seguro a la puerta, me acerco al espejo aun con mi cuerpo tembloroso.

Al mirarme en el espejo, veo mi rostro cubierto de maquillaje, desesperada, sacó de la gaveta de la cómoda un pañuelo desechable empezando a limpiarme la cara. Ya cuando no tengo rastro alguno de maquillaje, me coloco la ropa para cubrir mi sexy lencería. Mi mirada se desvía a una peluca negra y se me ocurre usarla, esperando que con ella pueda pasar desapercibida. Abro la puerta con cuidado por si Leonel este afuera esperándome, al ver que no está, suspiro aliviada.