UN ÚNICO ANHELO

11. Un hogar pleno.

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Ya era tarde y la poca luz de lo que fue un día se marchaba, el palacio estaba impecable, los sirvientes empezaron a prepararse para descansar, los cocineros estaban listos para servir la sena, solo esperaban la llegada de Sukuna.

Yuuji ya hacía sentado en el comedor, estaba aburrido pensado en cuanto más tiempo llegaría Sukuna hasta que el sonido de la puerta principal abriéndose lo hizo levantarse de golpe y dirigirse allí.

Los sirvientes saludaron cortesmente a Sukuna.

Sukuna: Ya estoy aquí.

Yuuji al verlo se sintió emocionado y con rapidez llegó con él colocó sus manos sobre los hombros de Sukuna y colocó sus labios sobre los de su marido haciéndolo sorprender.

Yuuji: Bienvenido Sukuna.

Después de ese acto las miradas de ambos se encontraron,  Yuuji mostraba emoción en sus ojos pero en cuanto a Sukuna, él parecía muy sorprendido y disgustado.

Sukuna: ¿Donde esta Uraume?

Yuuji: Esta en el comedor esperando.

Sukuna: Bien, vamos a hablar.

Sukuna tomó del brazo a Yuuji para  llevarlo consigo al comedor donde lo soltó y  tomaron asiento.

Uraume: Bienvenido amo Sukuna.

Sukuna: Necesito hablar un momento con Yuuji a solas, no quiero a nadie presente hasta que lo de la orden.

Uraume no dijo nada y se retiro, Yuuji miró  con confunfucion a Sukuna.

Yuuji: ¿De que quieres hablar?

Sukuna: Sobre lo sucedido anoche.

Un leve color rojo adorno las mejillas de Yuuji.

Yuuji: Eso..

Sukuna: Anoche me excedí en el vino y la verdad es que me perdí y no logro recordar  que fue lo que hicimos anoche.

Yuuji se sorprendió al saber que Sukuna no  recordaba nada sobre lo que habían hecho.

Sukuna: Puedo estar seguro de que tuvimos relaciones sexuales, eso puede garantizar que dentro de poco tiempo presentes síntomas de un embarazo.

Ambos mantenían la mirada el uno del otro.

Sukuna: Me gustaría que me dijeras si algo más sucedió anoche.

Yuuji: Bueno, si lo hicimos y también espero que esto de fruto.

Yuuji hubiera querido contarle la verdad a Sukuna pero quería que ese matrimonio funcionara y aceptaría lo que Sukuna pensara.

Sukuna: Quiero dejar algo las cosas claras, conoces muy bien mi posición sobre todo esto así que quiero que no vuelvas a hacer lo que hiciste hace un momento.

Yuuji: Pero eres mi marido y es responsabilidad mía procurarte y amarte.

Sukuna: Pues yo no necesito eso, no quiero que te hagas ilusiones conmigo y tampoco es me acoses

Yuuji: Si tenemos un hijo, ¿cómo podríamos mostrarle la indiferencia de nuestro matrimonio?

Sukuna: En este palacio deben haber reglas así  que primero se las haré saber y después  y en privado puedes darme tu opinión y quejas, así que llamare a Uraume primeramente.

Sukuna entro en la cocina dejando a Yuuji inquietó y callado.

Continuará...