UN ÚNICO ANHELO

38. Planes

Yuuji terminaba de mostrarle las habitaciones a Satoru.

Yuuji: Tu elige la habitación que quieras.

Satoru: Quiero la que este más cerca de la tuya.

Yuuji lo miró apenado.

Satoru: No es por lo que estás pensando, quiero poder protegerte de Sukuna.

Yuuji: Yo si quiero tenerte cerca.

Satoru: Conforme pasan los días, los dos queremos estar más cerca del otro.

Yuuji: Así es, ansío muy pronto poder vivir contigo.

Satoru lo pego a él y comenzó a besarlo.

Yuuji: Entremos a esta habitación.

Satoru: No deberíamos, tus sirvientes se dará cuenta.

Yuuji: No, ellos no pueden subir a menos que lo pidamos, ven.

Yuuji lo tomó de la mano y entraron a la habitación para después cerrar la puerta.

Yuuji: Aquí tendremos privacidad.

Satoru no pudo esperar más y entre besos y caricias lo acostó en la cama que ahí había.

Satoru: Hueles delicioso.

Yuuji: Tome un baño esta mañana.

Satoru: Eres lo más hermoso que he visto en mi vida.

Ambos pasaron de caricias y besos suaves a algo más intenso, Satoru fue dejando marcas mientras Yuuji se retorcía de placer.

Yuuji: Más, quiero más de ti ah ah

Satoru cumplía con sus peticiones hasta que lo embistió, lo hacia rápido y hasta el fondo.

Yuuji: ¡Ahh! ¡uh! ¡Ah! Esto es muy uh fuerte

Satoru ¡Me encantas! ¡Ah! ¡uf!

Mientras lo penetraba intensamente, Satoru paseaba sus manos por toda la espalda de Yuuji, era algo maravilloso.
Ese chico que amaba esta ahí junto a él y al verlo debajo suyo, desnudo,  retorciéndose, gimiendo y finalmente corriendose lo hizo tener una idea.

Yuuji: ¡¡Ahh!! ¡Ah! Mmm

Satoru: Me aprietas muy bien Ahh

Yuuji recuperaba el alimento pero al sentir la última estocada final que hizo liberar un líquido caliente y espeso dentro de él lo hizo sentir escalofrío, entumecido por un leve momento y que hizo temblar sus piernas además de sacar un gemido muy agudo.
Había tenido un orgasmo.

Satoru: ¿Sukuna jamás te hizo sentir así?

Yuuji: (temblando y sudando) No ah nunca...

Satoru: mírate, eres un precioso desastre.

Satoru salió de él y su semen brotó.

Yuuji: Fue algo de otro mundo.

Satoru se recostó a su lado, lo tomo del mentón y lo besó.

Satoru: Los hijos que llegues a tener, serán solo míos, ¿De acuerdo?

Yuuji: Ahh...Sí.

.    .    .     .

Sukuna salió del interior de Megumi el cual yacía desnudo y casi moribundo sobre la mesa de su comedor.

Tenía varias marcas en su cuerpo y golpes en el rostro, había luchado contra aquel hombre que inevitablemente le ganó.

No solo había perdido la pelea, su dignidad y su virginidad también le habían sido arrebatadas.

Sukuna: Cuando Yuuji me entrego su cuerpo por primera vez fue bastante aburrido en comparación con ahora. Recuperate pronto porque volveré a verte.