28. Reunión.

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Por todas partes se sentía la felicidad. Las calles eran muy transitadas debido a la feria que se organizaba cada año.

Mientras los representantes de los Clanes más importantes se reunían, las demás personas disfrutaban de la feria que iluminaba las calles y daba un buen ambiente.

En el palacio donde se reunirían los líderes de igual manera estaba listo ante su llegada, el más pequeño detalle del lugar era lujoso, nunca escatimaban en gastos para la reunión anual.

Yuuji iba camino al palacio y a la distancia podía ver a muchas personas divirtiéndose en la feria, había muchos niños jugando y riendo aquella vista le pareció agradable y una sonrisa se formó en su rostro.
Nunca en su vida había ido a la feria, siempre asistía junto a sus padres a las reuniones.

Su madre le decía que la gente común y pobre iba a la feria y que él no podía mezclarse con esa gente, aunque él no le veía el problema.

Después de recordar aquello, volvió a la realidad.

Se había puesto el traje que Sukuna le había mandado hacer con Mei Mei, fue peinado y maquillado por las sirvientas de su palacio, había usado su mejor fragancia, se veia muy atractivo.

Cuando llegó Uraume inmediatamente lo recibió.

Uraume: Ha llegado a tiempo, pensé que el amo Sukuna llegaría primero. Ya han llegado muchos invitados importantes.

Yuuji: ¿Aún no llega? ¿Dónde está?

Uraume: No lo sé, su madre ya está aquí.

Yuuji: Pensé que el estaría aquí.

Uraume: En todo caso me alegra que usted esté aquí, no quiero imaginar lo que haría el amo si llegará después de él.

De la nada Sukuna apareció detrás de Yuuji.

Sukuna: Le enseñaría el valor y la importancia de la puntualidad.

Uraume: Amo Sukuna, bienvenido.

Sukuna: ¿Somos los últimos?

Uraume: No todavía faltan invitados.

Sukuna: Bien, ¿Cómo quedó el tema de la seguridad?

Uraume: Bien, hay varios guardias rodeando el lugar, no dejarán que nadie ajeno se acerque aquí, y en caso de emergencia están listos para proteger a cada invitado.

Sukuna: Bueno eso está bien.

Sukuna revisó que su vestimenta estuviera impecable y volteo a ver a Yuuji de igual manera, se veía muy bien y se sintió muy seguro y feliz de poder presumir que tenía un marido muy lindo.

Extendió su mano a Yuuji en gesto de ofrecimiento este la tomo y empezaron a caminar uno a lado del otro.

Al entrar al salón principal fueron el centro de atención de todos ahí.

Las miradas y los murmullos eran para ellos pero poco caso les hicieron.

Poco a poco se fueron integrando con los demás invitados y se separaron para saludar a sus conocidos.

Yuuji se acercó a su amiga Nobara que estaba con sus papás.

Yuuji: Señor Kugisaki, es un placer tenerlo aquí, bienvenidos.

Sr. Kugisaki: El placer es mío, me alegra que al fin vayas por lo que es tuyo.

Yuuji: Así es, gracias.

Sr. Kugisaki: Te dejo con mi hija, supongo que hablarán, ustedes son muy buenos amigos.

Nobara: Papá.

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