UN ÚNICO ANHELO

41. Preocupación.

Sukuna despertó, miró el techo, se sentía extraño.

Se sintió un poco aturdido y pasó su mano por su cara, le dolió.

Intento escarbar en su memoria pero solo recordaba que estaba teniendo sexo con Yuuji y se estaba sintiendo demasiado bien.

¿En qué momento terminaron?

¿Cuándo fue que se durmió?

¿Porqué se sentía extraño?

Volteo la cabeza hacia un lado, le volvió a doler.

Sukuna: ¿Qué rayos?

Miró a Yuuji a su lado durmiendo, estaba lleno de marcas en su cuerpo, aún tenía su camisón.

Sukuna: ¿Este idiota me golpeó?

Imposible.

Tal vez.

¿Puede que si?

Sukuna: ¿Lo hicimos hasta el final?

Destapó a Yuuji y miró entre sus piernas.

Efectivamente lo habían hecho, Yuuji tenía "su" semen saliendo de él.

Sukuna se detesto por no recordar más.

¿Sintió el extasis?

¿Cómo se vistió?

¿Cuanto duro?

¿Cuantas veces lo hicieron?

No comprendía nada.

Yuuji le debía dar una explicación detallada de lo que había sucedido después.

Suspiro y volvió a ver a Yuuji y más a detalle.

Su piel tersa y blanca, su rostro casi sin rastro de sus golpes y tranquilo.

Su camisón y las sábanas se moldeaban a su cuerpo, era un chico demasiado hermoso y seductor.

Sukuna sonrió, todos sus amigos lo felicitaban por tener un esposo tan atractivo e inocente.

"Podrías manipularlo para tenerlo siempre a tu merced"

"Conviértelo en tu esclavo, dominalo para tu placer "

"Moldealo a tu gusto"

Todo eso ya no era posible, Yuuji lo odiaba actualmente, tanto que sería capaz de entregarle un hijo para obtener su libertad.

Aún así se sintió victorioso, en un mismo día había tenido sexo con Megumi Fushiguro y Yuuji Itadori.

Al dejar atrás sus pensamientos, se dispuso a despertar a Yuuji.

Sukuna: Despierta Yuuji.

Lo sacudió.

Y Yuuji despertó.

Yuuji: ¿Qué hora es?

Sukuna: Es la hora de que te levantes.

Yuuji se sentó y miró a Sukuna, parecía molesto.

Yuuji: ¿Qué tienes?

Sukuna: Cuéntame, ¿Qué diablos pasó anoche?

Yuuji: ¿De que hablas?

Sukuna: ¡Me duele toda la maldita cara!

Yuuji: ¿No te acuerdas de nada? ¿Acaso tomaste anoche?

Sukuna: No digas estupideces, dime que paso.

Yuuji: ¿Qué más pasaría? Lo hicimos, me trataste muy mal y te quedaste dormido.

Sukuna: Entonces, ¿Porqué mierda me duele la cara?