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Espero que les guste~

Cuando su color desapareció, dando espacio al gris y negro, vino con una profunda tristeza y una sensación de vacío en el pecho que casi parecía oprimir su corazón.

Branch se sentó en el suelo durante horas, llorando la perdida de su abuela, luchando por respirar componerse pero sin poder hacerlo hasta mucho después, cuando las lágrimas se acabaron, y solo quedo el profundo cansancio.

Se encargo de continuar durante una semana, esperando con ansias el escape para poder esconderse y empezar ese bunker con el que tanto había soñado para mantenerse a salvo, solo para despertar en el gran día y notar con desesperación que ya no había ningún troll a su alrededor.

Su corazón, ya quebrado y débil, se rompió casi por completo al darse cuenta de que lo abandonado.

La tristeza de antes se volvió una depresión profunda que amenaza con ahogarlo en cualquier momento, sintiéndose vacío y casi ausente. Se movía en piloto automático, sin tener motivos reales para seguir pero sin atreverse a morir por su cuenta, con el hambre deslizándose entre sus dedos hasta el olvido y dejándolo débil, algo que solo empeoraba con el pasar de los días y la falta de sueño debido a las pesadilla que lo atormentaban cuando cerraba los ojos.

Los días pasan hasta volverse semanas y luego meses pero él no lo nota y tampoco se esforzó en intentarlo. Solo continuó y espero que algo sucediera.

El cambio llegó cuando un trolls de aspecto vagamente familiar entró a su vaina. Tardó en reconocerlo.

Ver a su hermano fue un shock, como un golpe directo al rostro, sintiendo pánico cuando lo noto leer las cartas que alguna vez escribió y no pudo enviar. Es por eso que corrió, porque él sabía lo que había hecho y no quería enfrentar su ira o su decepción pero en vez de eso, pudo ver su desesperación y sentir su preocupación, permitiéndose llorar entre sus brazos, aliviado de verlo.

John Dory se lo llevó, lo ayudo a mejorar, lo alimento a pesar de sus negativas y todo con buena cara. Incluso lo abrazo, soporto su llanto, y le repitió en cada oportunidad que tenía que no había sido su culpa.

Hasta obtuvo disculpas que no esperaba pero que no dudo en aceptar, porque su hermano se veía muy arrepentido.

Cree...que puede entenderlo lentamente. El berteno malicioso fue quien decidió que quería llevarse a alguien y para su desgracia, ese alguien fue su abuela, aunque fue su canción la que llamo la atención pero su hermano le resalta que pudo haber sido cualquiera y él decide creerle.

Las cosas solo mejoran. Ahora tiene a Spruce, aunque se hace llamar Bruce al parecer, quien lo ama a pesar de que ya no tiene color y le dice lo mismo que JD. Incluso tiene una amable esposa que siempre lo trata con cariño, sin importar que fuera grosero.

Han pasado meses desde entonces y ahora, esta disfrutando de su libro en la playa, acomodado bajo una sombrilla para no quemarse con el fuerte sol a esas horas y disfrutando de la ligera brisa que corre, no del todo molesto ante el ruido a su alrededor.

La isla le gusta, aunque quiere explorar el bosque alguna vez y quizás ir más haya. Se pregunta si su hermano lo llevaría a conocer nuevos lugares para conocer.

-¿Qué lees?- se sobresalta ante la repentina voz y alza la cabeza, chillando cuando se encuentra con un rostro muy cerca del suyo.

-¿Cómo...?- entonces, se da cuenta de su apariencia, las aletas reemplazan las piernas y el tono violeta de su piel es el más fuerte que a visto en su vida, además de que esta flotando. -¿Eres un...tecno-troll?- aun esta asombrado ante el simple detalle de que existen más especies de trolls, todos diferentes, con sus propias músicas y costumbres. No puede negar que tiene curiosidad.

Te TengoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora