Viva

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Espero que les guste~

Nota: La historia esta marcada como completa, porque técnicamente terminó, pero agregue esto porque me gusta Viva y quería escribir algo con ella :3

Estaban visitando a Clay y sinceramente, todos estaban emocionados. Querían verlo pero también querían ver en lo que había estado trabajando y conocer mejor a Viva, de quien habían estado escuchando mucho en cada encuentro.

-¡Bebé Branch!- pudieron ver a Clay aparecer entre todos los trolls curiosos, los brazos extendidos y con una sonrisa grande dibujada en su rostro.

-¡Clay!- Branch alzó los brazos, riendo cuando su hermano lo alzó en un abrazo entusiasta que lo aplastó, aunque eso no le importo realmente. Estaba realmente feliz de verlo, así que solo se aferro con fuerza.

-Se siente el favoritismo- John Dory bufo de brazos cruzados, enarcando una cena ante la escena.

-Por supuesto que si...- el de cabello verde claro sonrió, dejando un rápido y amable meso en la mejilla del menor. -...él es mi favorito-

-Eso duele, hermano Bruce se llevo la mano al pecho con una mueca exagerada.

-Y nosotros que vinimos a verte- Floyd bajo un poco más las orejas, luciendo triste aunque mantenía una ligera sonrisa.

-Nha, es mentira- dejo al menor en el suelo. -¡Es genial verlos a todos!- se lanzó sobre ellos, logrando rodear al de cabello rosa y apretar hasta escucharlo quejarse, solo para ser rápidamente rodeado, riendo ante el abrazo.

Branch sonrió al verlos llevarse bien, solo para chillar al ser repentinamente agarrado, siendo lanzado y atrapado con facilidad, encontrándose con un rostro sonriente de piel rosa y pecas blancas.

-¡Eres adorable!- chillo con encanto, abrazándolo, logrando frotar cariñosamente su mejilla contra la ajena.

-Hola, princesa- el menor ni siquiera lucho, solo rio, un poco abrumado por tanto afecto repentino pero aun así, lo disfruto. Ella olía a caramelos y flores, con algo suave flotando a su alrededor, amigable y dulce, le gustaba.

-Oh, ya no soy una princesa...- negó, separándolo solo para verlo de frente. -...puedes llamarme Viva-

-Hola, Viva- decidido obedecer, observando como la sonrisa ajena se agradaba de alguna manera.

-Uffff, eres tan lindo- toco su nariz contra la suya. -¡Él es mío!- ella soltó una carcajada sonora y casi malvada, aferrándose al menor, alejándose a gran velocidad. El troll de piel cían solo pudo parpadear con confusión notable, riendo un poco ante la situación.

-¡Branch!- Floyd hizo una mueca, preocupado por su hermano, aunque sabía que no podía ir muy lejos. -Ella es enérgica- lo decía como un cumplido, algo sorprendido de lo rápida que era.

-Tu novia se robo a nuestro hermano- bufo Bruce con burla y diversión, de alguna manera, había esperado algo así.

-Ella estaba muy emocionada de conocerlo- Clay se rasco la nuca con una sonrisa nerviosa, tardando unos segundos en darse cuenta de un detalle. -¡Viva no es mi novia!- los miro con escándalo, las mejillas ardiendo y notablemente coloradas, igual que la punta de sus orejas.

-Por el momento- John Dory sonrió, riendo cuando su hermano menor de cabello verde se cubrió el rostro con vergüenza notable. Molestarlo era particularmente divertido.

El día fue entretenido. Los trolls habían adaptado muy bien el lugar como una especie de hogar para ellos, seguro y bien iluminado, como todos luciendo felices de estar lejos del peligro, incluso si era en un campo de golf abandonado.

En la noche, algo sucedió.

Branch se despertó, gruñendo entre dientes mientras enterraba su rostro en la almohada y se quedaba quieto, las orejas atentas a todo a su alrededor. Siempre había tenido una audición sensible, algo que solo empeoró de alguna manera en sus meses de soledad, hasta el punto de necesitar audífonos a veces para dormir. Podía escuchar a John Dory quejarse entre sueños, a Bruce roncar y a Floyd murmurando entre dientes pero había algo más que llamó su atención. Una tonada lejana, apenas entendible pero que aun estaba allí.

Su curiosidad fue más grande que su cansancio.

Se removió, levantándose con mucho cuidado, bajando lentamente de la cama improvisada y los miro. Ninguno de sus hermanos se movió, en un sueño profundo para su suerte, y avanzó con pasos silenciosos, logrando llegar a la puerta y salir, todo sin alertar a nadie. Levanto las orejas de manera inconsciente, escuchando, siguiendo aquello que llamó su atención. El sonido lejano se volvió un tarareo a medida que se acercaba, hasta volverse una canción que sonaba triste y melancólica cada vez más clara hasta que la vio.

Una pequeña silueta sentada sola, el cabello alborotado, luciendo rubio en cuanto se acerco lo suficiente. Le estaba dando la espalda y por la forma en la que su voz se rompía, sonaba como si estuviera llorando.

-¿Viva?- llamo con cierta duda, quieto en su lugar mientras ella se movía. Parecía estar limpiando su rostro, murmurando para si misma, antes de voltearse y mostrar una sonrisa.

-¡Hola, Branch!- saludo con entusiasmo y de alguna manera, él sabe que es fingido. -¿Estás bien? ¿Tuviste un mal sueño? ¿Tienes hambre o...?- estaba divagando, intentando decir la atención.

-¿Tu estás bien?- la interrumpió, retorciendo apenas sus dedos. Interactuar con otros aun era algo nuevo que lo ponía ansioso.

-Por supuesto que lo estoy- aseguro con demasiada rapidez, luciendo ojos irritados, las mejillas algo húmedas en señal notable de que había estado llorando.

-Te vez triste- suelta, sintiendo una punzada de culpa al ver su expresión caer.

-No lo estoy- negó casi al instante. -Estoy bien, estoy muy bien- hay algo en su expresión que Branch puede identificar con facilidad. Esta triste, melancólica, con añoranza y algo más.

Sabía lo básico de su historia. Una madre que murió a manos de los bertenos, una hermana menor que apenas había podido mimar y un padre al que perdió de vista en el escape. Cree que puede estar extrañando a su familia.

-Esta bien...- duda un poco antes de acortar la distancia, sentándose a su lado con ligera cautela. -...aunque esta bien no estar bien también- lo comento.

-No puedo no estar bien- frunció apenas el ceño, no molesta, solo frustrada. -Los trolls me necesitan, debo mantener la cabeza en alto, para poder cuidarlos y protegerlos- ella le recuerda un poco a JD, queriendo mantenerse en su papel todo el tiempo.

-Cuando recupere los colores, estaba muy feliz, pero aun así, a veces me pongo muy triste...- aun tenía días como esos, pesados y lentos. -...todo se siente mal y parece tan...oscuro- hizo una mueca. Al recuperar sus colores, había esperado no volver a sentirse así, triste y vacío, pero sucedía de vez en cuando, no muy seguido para su alivio. -Mis hermanos dicen que esta bien que me sienta así, que es mejor dejar el sentimiento fluir y no ignorarlo, porque lo hace peor- levanto la vista para mirarla, encontrándose con ojos brillantes por las lágrimas lentas que empezaban a salir. -No puedes estar feliz todo el tiempo...- eso era algo que Floyd siempre le repetía. -...esta bien estar triste, Viva- sonrió, pequeño y amable.

-Yo...extraño a mi papá...- parpadeo, respirando profundo y dejando escapar un tembloroso suspiro. -...extraño a mi hermana...- esta llorando a estas alturas. -...extraño a mi mamá...- jadeo. -...los extraño tanto...- sollozo abiertamente. -...tanto...- él se sintió mal al verla en ese estado, extrañando más su actitud alegre y gran sonrisa, pero esta seguro de que más tarde, ella se sentirá mucho mejor después de desahogarse.

-¿Quieres...?- extiende sus manos en un ofrecimiento torpe que Viva no duda en aceptar. Ella lo abrazo. Su agarre era fuerte y firme, apretado, pero no lo suficiente como para que doliera o fuera molesto, así que correspondió el gesto lo mejor posible.

Te TengoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora