#12

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Espero que les guste~

Nota: Aun tengo el libro de "Pequeño Troll", el otro AU que se me ocurrió ¿Aun les gustaría leerlo?

John Dory es el primero en notar que algo esta sucediendo.

Branch lucia tan feliz de tenerlos a todos allí, con una gran sonrisa que parecía imposible de borrar y ojos brillantes que siempre los miraban, emocionado cada vez que veía a uno de ellos cerca pero es difícil no notar que por momentos, luce pensativo, mirando a la nada. A veces solo parece resignado, aceptando lo que sea que estuviera corriendo por su hiperactiva mente de niño, y en otras luce triste, con el poco color de su cuerpo oscureciéndose.

Todos no tardan mucho en notar y aunque preguntan, amables y tentativos, Branch es rápido en sonreírles y restarle importancia al asunto, logrando de alguna manera mantener su color solido, no brillante como antes pero si presente.

Su hermanito es horriblemente bueno para ocultar sus sentimientos y eso manda una punzada de dolor en su corazón.

Están preocupados.

-¿Sabes donde...?- Bruce hace un gesto hacia sus hermanos. Las cosas entre ellos habían mejorado, con mucho esfuerzo si debían ser sinceros, pero al menos, los pequeños comentarios ya no causaban una pelea a gritos o algo así.

-Esta afuera, con Rhonda- Clay señala. Habían salido a buscarlo cuando no respondió a sus llamados, solo para encontrarlo al lado del vehículo/mascota del mayor, acariciándola con manos cuidadosa.

-¿Creen que este bien?- Floyd retuerce sus dedos, ansioso y nervioso, preocupado por el menor que actúa algo distante desde hace unos días.

-Hay algo rondando por esa cabeza suya- John Dory se masajea las cienes. Había visto esa actitud antes, en las primeras semanas de su recuperación, y teme por los problemas pensamientos negativos que deben estar invadiendo su mente. -Venga, hablemos con él- hizo un gesto y avanzó, ellos compartiendo una mirada antes de seguirlo.

Mientras tanto, Branch tiene muchos pensamientos corriendo por su cabeza.

Esta tan feliz de tener a todos sus hermanos de vuelta, de poder abrazarlos y verlos, de poder escucharlos hablar y cantar, de simplemente poder crear recuerdos y buenos momentos con ellos. No había esperado que John Dory consiguiera traer a los demás, pensó que solo iba a darles sus cartas y darles la mala noticia sobre la muerte de la abuela, pero ellos vinieron, realmente vinieron, solo para verlo. Lo hace sentir cálido y especial, querido y amado, sensaciones a los que se aferra con ambas manos y no quiere soltar.

Aunque adora cada pequeños momento que puede tener con ellos ahora, eso no calla por completo las dudas que resuenan en su cabeza.

No se siente correcto tenerlos allí, no después de escuchar lo que hicieron durante sus años separados y de lo que aun querían hacer. Todo hicieron una vida, se establecieron objetivos que quieren cumplir, sueños que quieren alcanzar y él se siente casi como un ancla que les impide conseguirlos.

No quiere frenarlos, no quiere obligarlos a quedarse y que todo volviera a estar mal.

-¿Branch?- el menor agita ligeramente una de sus orejas en señal de que escucha pero no se voltea, solo se acurruca. -¿Estás bien, bebé?- JD se siente lentamente al lado ajeno, preocupado ante el tono de piel apagado y la expresión pensativa. -¿Qué esta pasando por esa cabeza tuya?- extiende la mano y acaricia suavemente su cabello, contento de verlo apoyarse en el toque. 

-¿Qué va a suceder ahora?- se atreve a preguntar después de unos segundos de duda, mirando al mayor con curiosidad, esperando una respuesta.

-¿A qué te refieres?- él luce confundido, ladeando apenas la cabeza, genuinamente curioso y el menor siente las palabras venir antes de que pudiera pensarlas.

Te TengoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora