Podría darte todos los besos que mis labios guardan, y todas las caricias que mis manos anhelan. Decirte muy despacio y bien bajito todo aquello que mi corazón dice muy rápido y a gritos, y dedicarte todos los suspiros que mi alma añora.
Confesarte de mi amor ferviente, que al dormir te sueño y al despertar te sigo soñando, que contigo me domina la locura.
Pero prefiero ese silencio tuyo, cuando tu respiración me toca y tus latidos me evocan, que sin decir nada me cautivas.
Amo ese momento como cuando estamos ahora, ese segundo que dura una vida respirando amor en el aire. Recuerda que somos las ruinas de un pasado que no nos pertenece, somos la incognita de un futuro que tal vez no venga, pero somos los cimientos de un presente que siempre será nuestro.
Algún día podremos recorrer el mundo entero, mientras tanto me conformo con ver un millón de atardeceres, con visitar 3 playas, algunos parques, tomar un café juntos, contar mil veces las estrellas, ir a unas cuantas fiestas juntos y besarnos.
Besarnos como locos, en lo oscuro, en lo tibio, bajo la lluvia, delante de todos. Completamente sobrios, perdidamente ebrios, consientes de que tenemos todo para ser felices y lo que anhelamos pronto llegará.
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Noches en Saturno
Teen FictionComienzo a olvidar detalles, palabras y acontecimientos, que son reemplazados por información ficticia creada por mi propio cerebro mucho más dolorosa que la real. Mi intento por olvidarlo todo y pasar página se está volviendo en mi contra, arrastrá...
