15. Gally.

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[ Narrador omnisciente ]

—¡Oh, vamos! ¡Eso no vale!

Maxine solo enseñó el dibujo de su libreta y sonrió. Thomas negó con la cabeza, escuchando la risa de Newt a su lado.

—Aprende a perder, Tommy.

Thomas rodó los ojos y lo empujó del hombro.

—Venga, te toca —le dijo a Maxine, quien cogió el boli de la mano de Newt.

Giró la hoja y empezó a dibujar.

Los tres estaban encima de una de las camas de la habitación de Nick y Alby. Minho, Sigmund, Jeff, Winston, Teresa y Aris estaban en las otras dos camas, cada uno con sus cosas. Gally y Alby estaban en el suelo, leyendo. George y Nick se habían ido a por algo de comida.

—¿Soy yo? —Newt preguntó cuando vio el retrato que había dibujado Maxine.

Max sonrió y asintió. Newt rió y se inclinó hacia ella, dejándole un beso en los labios.

—Dibujas fatal, amor. —Murmuró contra su boca al separarse de ella.

Maxine lo miró ofendida y se alejó antes de que Newt le diera otro beso. Ahora Thomas se rió de él.

Newt cogió el boli y se lo lanzó, dándole en el pecho.

—¡Oye! —se quejó Thomas, cogiendo el boli, sabiendo que le tocaba a él—. A la próxima pienso dejarte el cuello morado.

Newt pilló enseguida el doble sentido. Maxine retuvo una mueca, sin entenderlo, mientras que los demás se giraban a mirarlos rápidamente. El rubio carraspeó y miró a sus amigos.

—Él estaba bromeando. —Intentó decir, a lo que Minho rodó los ojos, volviendo a hablar con Winston.

—Ya, nada de bromas así, menos en mi cuarto —Alby dijo desde el suelo, apartando por primera vez la vista de las páginas del libro.

Newt miró fulminante a Thomas. —Sabes que odian cuando nos dejas las marcas en el cuello. —Le susurró al castaño, también para que lo escuchara Maxine.

—No me importa. No os quejabais cuando lo hice.

Entonces Maxine entendió que se refería a dejar chupetones por todo su cuello.

Newt no le dio más importancia y Thomas se inclinó a seguir dibujando.

La puerta de la habitación se abrió, y, con ella, George y Nick entraron con las manos llenas de bolsas de papas y más comida. Todos sonrieron, pidiendo a gritos que les pasaran alguna bolsa.

Thomas dejó de lado el cuaderno y atrapó la bolsa que Nick le había lanzado.

—Newt, píllala —pero antes de que el nombrado atrapara la caja de galletas, Max se levantó un poco y la cogió ella, volviendo a sentarse bien en la cama.

Thomas se rió en su cara, abriendo el paquete de papas normales. Pero Newt se giró y miró a Maxine, quien había abierto la caja de galletas y ya tenía una en la mano.

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