17. Cambio.

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[ Narrador omnisciente ]

Maxine y Minho no pararon hasta que estuvieron a medio camino del último callejón sin salida de la Sección 8. Ahora que el cielo estaba gris, Max se alegraba de llevar su reloj de pulsera. Habían conseguido llegar en poco tiempo porque enseguida fue evidente que las paredes no se habían movido desde el día anterior. Todo estaba exactamente igual. No había necesidad de dibujar mapas ni de tomar notas, su único deber era llegar hasta el final y dar la vuelta en busca de detalles que antes no hubieran advertido, cualquier cosa. Minho permitió veinte minutos de descanso y, después, siguieron con su trabajo.

Permanecieron callados mientras corrían. Minho le había enseñado a Max que hablar no era más que un gasto de energía, así que se concentraba en su ritmo y su respiración. Regular. Uniforme. Inspirar, espirar. Cada vez más metidos en el laberinto, acompañados tan solo de sus pensamientos y los sonidos de sus pasos sobre el duro suelo de piedra.

Al cabo de tres horas, Thomas le sorprendió hablando en su mente desde el Claro:

Estamos progresando. Ya hemos encontrado un par de palabras más. Pero aún no tiene sentido.

El primer impulso de Max fue ignorarlo, negar una vez más que alguien tenía la capacidad de entrar en su cabeza, de invadir su privacidad. Pero quería probar a hablar con Thomas.

¿Puedes oírme? —preguntó, imaginando las palabras en su mente y enviándoselas mentalmente de una forma que nunca podría explicar. Se concentró y repitió—: ¿Puedes oírme?

Sí, cariño —contestó él—. Te he oído muy claro la segunda vez que lo has dicho. Muy bien.

Maxine estaba impresionada, tanto que casi dejó de correr. ¡Había funcionado!

Me pregunto por qué podemos hacer esto —dijo con la mente.

Le costaba muchísimo hablar con Thomas y empezó a notar que le dolía la cabeza.

Hicieron muchos experimentos con nosotros. Conseguimos conectar de esta manera. Increíble, ¿no? —escuchó como Thomas le decía, y casi pudo imaginar su sonrisa.

Con mi hermana también puedo hacerlo.

Lo sé. Yo también puedo hablar con Teresa telepáticamente. —Su respuesta fue rápida—. Pero con ella no lo utilizo, prefería probarlo contigo, el ambiente en el sótano se está volviendo muy incómodo.

Max frunció el ceño y casi tropezó al no mirar por donde caminaba. Le sonrió con nerviosismo a Minho cuando se giró a mirarla, pero solo siguió corriendo.

¿A qué te refieres con el ambiente incómodo?

Pues que Newt no para de asesinar con la mirada a Teresa, por ejemplo. Me está poniendo nervioso. Creo que, en algún momento, Newt saltará y la apuñalará con el rotulador. —Se escuchó su voz temblorosa y divertida.

Tienes que estar bromeado.

¿Es que no sabes lo mal que se porta Newt con ella? Se nota que... ¡oh, dios! Te dejo, Will y Theo no actuarán a tiempo.

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