9. Pequeño beso.

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Narrador omnisciente.

¿Había escuchado bien?

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¿Había escuchado bien?

¿Alby quería verlo a ella, ahora?

—¿Qué? —musitó, incrédula.

—Eso —Chuck se rascó la nuca, nervioso—. Que Alby no para de llamarla sin parar, repite su nombre todo el rato.

—Bueno, pues venga —le dijo Newt mientras le sujetaba la mano. Max se tensó ante aquel toque, pero él no pareció darse cuenta de aquella acción.

Minho frunció el ceño, cruzándose de brazos y mordiéndose el labio al ver la cara de Maxine en cuanto le cogió la mano. Thomas ocultó su sonrisa al ver el sonrojo en las mejillas de la chica. Aún sentía cosas por él.

—¿Qué pasa? —Newt preguntó, parándose un momento para mirarlos a los cuatro.

Maxine reforzó el agarre en sus manos, y la expresión de Newt pareció suavizarse, entendiéndolo. Minho casi se carcajeó al ver que las mejillas de su mejor amigo iban tomando color. Newt trató de separar sus manos, pero Maxine se negó a romper el agradable contacto y caminó hacia delante para ignorar el asunto y seguir sujetando su mano.

Chuck y Thomas se apartaron, el último dándole a Newt una mirada bastante cómplice. El castaño rozó a propósito su mano con la otra de Newt, quien pareció actuar por impulso a su toque y casi sujetó su mano si no fuera porque ya estaba fuera de la cabaña.

Minho ignoró aquello. Había escuchado toda la conversación que habían tenido Thomas y Newt días antes. Pensó que era una broma, producto de su imaginación por el cansancio y las ganas de dormir. Pero no, algo había entre ellos dos y, ahora, entre ellos tres.

Pasó por el lado de Thomas y Chuck, mirando al mayor de los dos confundido, pero ignorando el asunto.

Los tres siguieron a Newt y a Maxine, que parecían comportarse como si nunca se hubieran visto en su vida, pero sin soltar la mano del otro.

Llegaron a la Hacienda, y, en cuanto lo hicieron, un tumulto de gente estaba en la ventana donde Maxine los vio la primera vez que se acercó a la Hacienda. Otra vez, los clarianos intentaban ver que pasaba a través de aquella ventana.

Newt se abrió paso, soltó la mano de Maxine y le dejó pasar a ella primero antes de que le cerrasen el paso. Thomas y Chuck pasaron detrás de ellos, entrando todos a la Hacienda.

El líder subió el primer escalón y le lanzó una mirada fría a Chuck.

—Tú te quedas.

Por una vez, Chuck se limitó a asentir con la cabeza y no dijo nada. Maxine se imaginó que al niño le ponía de los nervios el comportamiento de Alby.

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