Cap. 3 ¿Qué más podría pasar?

507 33 4
                                    


¡Papá! ¿Qué haces aquí? y ¿Por qué no prendes las luces? —Me levanté del suelo, sacudí con cuidado mi vestido y tomé mi bolso.

Mi papá estaba agarrando del collar a Zeus mientras yo entraba a casa. Ese endemoniado cachorro estando sin su correa es una especie de correcaminos, no hay nada ni nadie que lo detenga, a menos que sea comida.

Yo te pregunté primero, no se vale. —Cerró la puerta, prendió la luz de la sala y soltó a Zeus.

El perro corrió emocionado hacía mí.

Hola mi amor, ¿cómo te portaste mientras no estaba? —Me agaché con los brazos abiertos, lista para recibir a esa bola de pelos andante.

Zeus lamía mí cara mientras yo carcajeaba. Papá sólo nos veía con una sonrisa en su rostro.

Tenía tiempo sin verte así de feliz. —Mi papá tomó asiento en el sofá de la sala. —¿Él chico es el motivo de esa sonrisa?

"¿Qué acabas de decir Tomas Krauss?"

No. —¿Cómo le explico el día tan extraño que acabo de tener? ¿Cómo le explico que estoy molesta con su cuñadito?

¿Entonces?

Es Zeus.

De acuerdo, pero sigues sin contestar la pregunta que te hice al inicio.

Él no suele ser el típico padre celoso, pero, me sorprende un poco su insistencia por saber sobre Aidan.

Es Aidan, Aidan Gallagher. —Me levanté y aventé mi bolso a uno de los sillones desocupados, luego me dirigí a la cocina en busca de un vaso de jugo.

¿Es tu amigo? Nunca has hablado de él.

No, es sólo un compañero de clase, nada relevante. —Abrí la nevera y saqué el bote de jugo, tomé un vaso para luego empezar a llenarlo.

¿Y mamá? —El cambio de tema siempre funciona en este tipo de situaciones incómodas.

Fue a terapia, no debe de tardar en llegar.

Bien...

Cariño. —Papá cambió su tono de voz por uno más suave.

Dime.

¿Consideraste el ir a terapia?

"Por favor, no quiero estar conversación de nuevo."

No. —Mis manos jugaban con el vaso de vidrio.

Deberías hacerlo, créeme que a Sam le gustaría que lo hicieras.

Sí, pero Sam no está aquí. —Una hectárea de hielo se queda atrás de la manera tan fría que le estaba respondiendo a mi papá.

—_____, pero... —La puerta se abrió, haciendo que nuestra vista se dirigiera a la entrada de la casa.

—¡Mamá, cuidado con Zeus!

Aventé el vaso en la barra de la cocina y corrí lo más rápido posible para agarrar al perro. Por suerte mi mamá cerró la puerta a tiempo y Zeus se estampó contra ésta.

—Eres tan tonto. —Estallé en risas mientras lo abrazaba.

Hola mi amor, ¿Qué tal la sesión de hoy? —Mi papá se levantó de sofá, se dirigió a ella y le dio un corto beso en los labios.

The memories of a dream || Aidan Gallagher [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora