Cap.17 Un lindo desastre

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La tenaza se desliza por mis mechones de cabello, como un artista dando forma a su obra

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La tenaza se desliza por mis mechones de cabello, como un artista dando forma a su obra. Mis ojos, cautivos de mi reflejo, contemplan a Harry, quien, con habilidad y paciencia, transforma cada hebra en ondas suaves y voluptuosas. El chisporrotear del calor resuena en el aire, marcando el lento, casi melancólico, ritual de quemar lo que con tanto cuidado he dejado crecer. No soy amante de este tipo de tortura estética; preferiría la suavidad del aire, la caricia del tiempo, pero la prisa me ha llevado a ceder.

Mientras Harry, con destreza, elige cuidadosamente algunos mechones de mi cabello, me dejo llevar por la corriente de mis pensamientos y comienzo a relatarle lo ocurrido con Aidan el día anterior. Harry escucha con atención, sus ojos entrecerrados por la concentración, como si cada palabra que digo fuera una pieza fundamental de un rompecabezas que él está ansioso por entender.

—¿Sabes? Deberías de hablar con ambos. Tanto con Aidan, como con Liam. No puedes evadir lo que te está causando un conflicto interno.

Suelto un suspiro, la incertidumbre se enreda en mi mente. Reflexiono sobre si realmente tomé la decisión correcta al dedicarme un día para pensar con calma sobre la situación. Me siento en la frontera de la culpa y la necesidad de un respiro. No estuve presente en la decoración de la bienvenida ni en el entrenamiento, y me excusé con una historia que sabía que sonaría creíble: que la cena me había sentado mal, provocando vómitos y un dolor agudo en el estómago. Sin embargo, en mi interior, sé que esas excusas son solo un refugio temporal.

—No quiero perder a ninguno de los dos, Harry.

—Estoy seguro de que permanecerá él que lo entienda. —Toma el último mechón de cabello mientras lo enreda en cuidado en la tenaza.

Mi mirada se posa nuevamente sobre mi reflejo en el espejo, explorando cada rincón de mi semblante, como si el cristal fuera un portal hacia lo más profundo de mi ser.

"¿No soy suficiente?, ¿Tan mal estoy?"

Mis ojos viajan lentamente sobre cada rasgo de mi rostro, descendiendo por mi cuello, deslizándose por el cabello, abarcando todo mi ser en una contemplación absorbente. El tiempo parece diluirse en esa quietud, y mi mente se inunda de preguntas, como olas buscando una orilla que no aparece. Son apenas segundos, pero se alargan en una eternidad inquietante, hasta que la voz de Harry rompe el hechizo, arrancándome de ese pequeño trance.

—Ya estás lista. En 20 minutos nos vamos, te dejo en la puerta del instituto y paso por ti más tarde.

Suena como una madre mandona, con ese tono autoritario y un toque de exasperación que parece haber sido sacado de una serie de televisión. Lo irónico es que ni siquiera mi propia mamá me habla así.

—¿Por qué tanta prisa?, ¿vas a ver a mi tío Louis? —Digo con tono burlón, mientras me levanto de la silla y me dirijo al closet.

Observo cómo Harry se detiene en el umbral de mi habitación, apoyado despreocupadamente en el marco de la puerta. La expresión en sus ojos me advierte de inmediato; reconozco esa chispa traviesa que siempre precede a alguna ocurrencia absurda.

The memories of a dream || Aidan Gallagher [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora