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Día 7: Celos.

Jaekyung bostezaba mientras pasaba del corredor a las escaleras

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Jaekyung bostezaba mientras pasaba del corredor a las escaleras. Ese sábado por la mañana ya se sentía pesado debido a la mala noche. El trasnocho de haber llegado a más de las 12, más tener que lidiar con lo hormonal de Dan y por último, encerrarse para evitar hacer algo de lo que seguro se iba a arrepentir, lo mantuvieron con los ojos bien abiertos casi toda la noche.

Llegó al comedor y se encontró que había comida ya servida, además de que un rico olor provenía de la cocina. No dudó en irse hasta allá para darse cuenta de que era Dan quién estaba cocinando. 

Se sorprendió, pues no sabía que tenía tal talento. 

—¿Sabes cocinar?— se cuestionó Jaekyung cruzando los brazos. 

Dan se sobresaltó.

Relájate— se sugirió así mismo antes de responder. —... P-pues sí… Quería hacerle el desayuno a todos.

—Ah… Pero… ¿Hoy no es sábado de salida? ¿El día donde tu abuela, en compañía de Namwook va hacer sus cosas?— Dan apagó la estufa mientras miraba lo que tenía preparado en la sartén. —También creo que es el día libre de Yosep, ¿no?

—Solo quiero hacerlo por qué es mi forma de pedir disculpas— soltó Dan al borde de caer ante los nervios. 

—Dan…

—Anoche quizás hice o te dije cosas que no debí— decía apretándose el mandil en la parte del pecho. —. Solo déjame servirte el desayuno y ya dejemos lo de anoche, anoche— se volteó a verlo, acabó sorprendido de ver qué lo tenía frente a frente. 

Dan esquivó la mirada, no podía soportar su fragancia, no era la habitual. No olía a menta como siempre. Esa vez su fragancia era de roble. 

—En ningún momento mencioné lo de anoche— le dijo sin más. —... Además, ¿qué pasó anoche? Solo que te quedaste dormido en el asiento trasero del coche y tuve que cargarte hasta adentro— se encogió de hombros. —. Es todo. 

—¿Por qué?— empezó Dan algo confundido. —... ¿Por qué tú… ?— lo olisqueó. —... Hueles como a roble— inhaló profundo. —... Ese olor me gusta más que cuando hueles a menta— hablaba lento y con los ojos cerrados. 

El pelinegro se apartó.

—Con permiso— le dió la espalda para irse. 

Dan bajó la cabeza preocupado. Estaba ansioso, ¿qué tal si la había echado a perder?

Yoongu estaba cruzado de brazos con un puchero en los labios

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Yoongu estaba cruzado de brazos con un puchero en los labios. Esperaba a Dan con Heesung en la universidad para ir a almorzar en el área verde. Se le hacía molesto el ver al rubio estar tan ansioso por ver al otro muchacho, estaba pensando en lo diferente que le resultaría todo ese proceso del cortejo si se tratara de él a quién el alfa quisiera impresionar.

Suspiró cansado cuando vio a Dan aparecer por el pasillo. Heesung lo saludó como siempre mientras que Yoongu fue el último en recibir los saludos de Dan.

—Hoy también te traje el almuerzo, te compré lo que más te gusta.

—Ah, vaya, gracias…— Dan se veía claramente incómodo.

El más bajo los seguía con una mirada de pocos amigos. Quizás era por qué la temporada de celo estaba cerca, pero no podía evitar reaccionar tan mal y de manera tan notoria ante esa situación.

Se sentó con los dos y sintió nuevamente lo mismo de siempre, un peso extraño en el ambiente que ese día era aún más fuerte que antes. Miró alrededor y notó a Jaekyung desde las bancas, mirando con sus gafas puestas a su amigo que atentamente recibía en sus manos todo lo que Heesung traía para él. Se quedó pensando en cuánto tiempo habrá pasado desde que Jaekyung se hizo presente entre los tres.

—Toma, papa— como si fuera cualquier cosa, Heesung le sirvió lo suyo para ponerlo en sus piernas.

El joven reaccionó, miró al plato y luego a Heesung. Dan actuaba tan cortés con el rubio, que le molestaba. Verlos reírse, dialogar e incluso compartir las miradas de complicidad que venían acompañadas de algunas risas.

Yoongu comía aún sin decir nada.

—Papa, ¿qué tienes? Apenas si te sientes hablar…— Dan lo veía preocupado.

—No es nada— respondió con un tono de voz resignado.

—Ah, Dan tienes la boca sucia, déjame ayudarte.

Heesung se le encimó al joven mientras que con el pulgar le limpiaba la comisura de la boca. El castaño le sujetó la mano segundos después para que se detuviera.

—Gracias, pero yo-

—Yo mejor me voy a entrenar— Yoongu dejó su comida de regreso en las piernas de Heesung para recoger sus cosas y ponerse de pie.

—Papa— Heesung lo llamó. —, ¿qué te pasa?

El chico se detuvo para negar enfáticamente con la cabeza.

—No es nada, nos vemos luego, chicos— se fue.

Heesung y Dan se quedaron solos.

—Es raro que actúe así— Dan lo miraba perderse de su campo visual.

—Es esa época del mes donde se pone sensible, tenemos que entenderlo— dijo Heesung muy despreocupado. —. Cuando está por ponerse en celo, es como si tuviera todas las hormonas locas y sabes que siempre se pone a la defensiva, sobre todo conmigo— comentaba levantando una ceja.

—¿No te has puesto a pensar el por qué será?

Dan trataba de tirarle púas para que Heesung entendiera el por qué Yoongu a veces se portaba raro con él.

Pero este parecía no entender, o simplemente se hacía el desentendido.

—Ustedes omegas son muy emocionales y tampoco suelen hablar mucho de lo que les pasa realmente cuando tienen a un alfa de frente…

Dan miró más allá del rubio, ignorando totalmente lo que le decía, pudo notar a Jaekyung quien simplemente miró al frente para sacar su teléfono y disponerse a usarlo.

—Heesung, estás tas ciego que aún no te has dado cuenta— dijo Dan para bajar la cabeza.

—¿De qué hablas?

—Presta más atención y te darás cuenta de todo lo que pasa en tu entorno— finalizó para ponerse de pie.

Heesung apretó los dientes al ver que Jaekyung estaba allí y que Dan había preferido dejarle solo por irse con él.

JINXED || Jinx manhwa - OMEGAVERSE AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora