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Día 8: Ofrenda.

Las ofrendas de rosas blancas nunca se habían visto tan mal en un arreglo floral como en ese momento

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Las ofrendas de rosas blancas nunca se habían visto tan mal en un arreglo floral como en ese momento. Dan las miraba con una seria tristeza que era claramente percibida por su guardaespaldas desde la distancia.

Jaekyung lo esperaba recostado al auto con los brazos cruzados mientras que el omega, que en compañía de su abuela, dejaban flores al par de lápidas las cuales era más que obvio que sabía de quiénes eran. Namwook estaba a su lado, también se quedaba lejos para que aquel par pudiera conversar y pasar su dolor como la situación se los permitiera. El hombre de lentes de a poco se aproximó a Jaekyung mientras se ajustaba las gafas sobre el tabique con el dedo índice.

—¿Qué les pasó a los padres de Dan?— cuestionó curioso mientras levantaba una ceja.

Namwook suspiró, sabía que en algún momento debería hablarle sobre aquel evento y el por qué la repentina protección con el joven Dan.

—Estaban saliendo de una fiesta del trabajo cuando fueron atacados sin motivo por un desquiciado en el estacionamiento del lugar donde estaban— Jaekyung lo miró atento. —. Dan recibió un impacto del que salió ileso milagrosamente, pero sus padres no tuvieron tanta suerte…

—¿Qué pasó con el responsable?— volvió la vista a Dan, recordando la conversación del café sobre la susodicha cicatriz del joven castaño.

—Lo siguen buscando— Namwook bajó la cabeza. —. Aún no queda del todo claro el por qué pasó esto— el pelinegro se sintió intrigado. —... A simple vista se ve como un simple atraco que salió mal, pero otros opinan que fue más un ajuste de cuentas— Jaekyung abrió los ojos con asombro. —... Los señores Kim tenían trabajos importantes con la policía local y que está parte de la ciudad esté “limpia” es gracias a ellos.

—Es por eso que querían un guardaespaldas para Dan— el de lentes asintió.

—Sin sus padres vivos, la familia Kim es más frágil a pesar de contar con el apoyo de quienes fueron sus aliados en vida… Los clanes Choi y Hwang son los principales aliados de los Kim, tal vez te sea más fácil familiarizarte con ellos si menciono a Heesung y Yoongu— el pelinegro chasqueó la lengua.

—Hablas del oxigenado y el niño papa— lo señaló.

Namwook lo miró algo molesto, pero sabía que tenía razón en llamarlos así.

—Ten más respeto por ellos… Pero sí, son ellos. Todos los más allegados, incluyendo a mi familia, tenemos mucho que agradecer a los Kim, no es para menos que hagamos lo posible por ayudar a cuidar al pequeño Dan— Namwook se metió las manos a los bolsillos. —. Jaekyung, ya que respondí a todas tus dudas, ¿podría hacerte una pregunta?

—Claro, pregunta lo que quieras.

Namwook lo miró.

—¿Por qué ayer amaneció en el asiento trasero del coche un peluche de, lo que quiero creer que es un perro deforme?— el pelinegro torció la boca. —Yosep dijo que el viernes ibas a verificar que los neumáticos y otras cosas estuvieran en orden.

—Sí, lo que pasó fue que… Tal vez tomé un pequeño desvío— respondió con una mano en la nuca.

—Ah, claro y, más o menos… ¿Porque en las cámaras de seguridad se ve cómo claramente entras con Dan encima de tu hombro a las doce de la noche?— Jaekyung se puso serio, ya era imposible tratar de negar tan obvia situación. —Y luego, ví completo como entras y sales como a la media de su cuarto para meterte al tuyo, eso además de que dejas tu aroma a menta por toda la casa… Mira, si la señora Kim no te ha dicho algo es por qué yo no le he comentado nada al respecto, pero en vista de lo que hiciste tengo que hacerlo, todo por el bien de Dan, y si no quieres que te cambie de dormitorio, mejor aléjate de él y solo cumple con tus funciones asignadas.

Jaekyung suspiró derrotado.

—Dan está deprimido, Namwook— dijo con la misma seriedad de aquel regaño. —. Yo fui el que lo sacó de la casa, pero te juro que solo fue con buenas intenciones— levantó las manos a la altura de su pecho. —. La señora Kim no me ha puesto peros por qué lo de mi aroma fue una petición suya.

—¿Qué?

—A Dan lo relaja, así que tengo permiso de perfumar la casa tanto como yo pueda— apretó la mandíbula antes de seguir. —. Mi compañía le hace sentir mejor después de lo que pasó y ya que es parte de mi labor velar por su bienestar, lo cumpliré haciendo lo que tenga que hacer para que él esté y se sienta bien.

El par de alfas se miraba. No cruzaron ninguna palabra, pero se sentía el recelo entre sus miradas.

—¡Jaekyung!— llamó Dan desde lejos.

El nombrado lo miró, este se estaba acercando junto a su abuela. Se veía menos serio que hace rato.

De pronto, Namwook le dió un sape en la cabeza.

—Si van a seguir haciendo cosas así, entonces haganlas bien para que yo no tenga que regañarte siempre— le dijo antes de poner una sonrisa.

—No me tenías que pegar…— se quejó Jaekyung cerrando los ojos y volviendo a tensarse.

—Ya eres parte de la familia, tengo permiso para hacerlo— finalizó Namwook para ayudar a Dan y la señora Kim a subir al auto.

JINXED || Jinx manhwa - OMEGAVERSE AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora