Capítulo Uno.

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He comprendido durante todo este tiempo que hacerme el invisible no funciona con mi cuerpo, solo funciona con mi omega

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He comprendido durante todo este tiempo que hacerme el invisible no funciona con mi cuerpo, solo funciona con mi omega.

Nadie puede sentirme, pero si pueden verme.

Mis manos no pueden tocar el aroma de la gente porque es algo que no existe de forma física, y parece que mi cuerpo lo entiende por completo, sin embargo, es como una bolsa que quiero lanzar colina arriba; que mientras trato de patear para que se vaya, de todas formas regresa.

Durante toda mi vida, he odiado que me mientan.

Sin embargo, he mentido casi toda mi vida.

Es paradójico. La gente odia que le devuelvan algo malo que hizo. Las venganzas se disfrutan cuando es el momento, pero odian recibir algo malo.

El amor y el afecto junto a todas las cosas buenas son las únicas cosas que odian no recibir.

¿Atención? Es lo mismo.

Con todo es lo mismo, la gente era una especie de ser incomprendido dentro de su propia mente. Exigiendo mucho y dando menos y otros, todo lo contrario, no había un nivel y tampoco un balance entre ellos y a pesar de los esfuerzos, siempre existía primero una derrota.

Anduve por todo el pasillo con la mirada hacia él piso sin siquiera levantar la mirada para ver el camino, tengo el mapa de este pasillo dibujado en mi mente, no tengo si quiera la necesidad de ver, aunque sea un poco. Es como ir por la curva que anuncia que enfrente está tu casa y que sí, ahí debes bajarte. Es algo como eso.

Abro la puerta del gimnasio con cuidado para no llamar la atención, puedo escuchar como los tenis de los chicos están haciendo ruido contra el piso, me acerco sin vacilar a la fila de sillas que mantiene la tribuna. El gimnasio es mediano, interno y frío. El saco del uniforme no es mi mejor aliado para darme un poco de calor, el clima es una extraña mezcla entre calor y frío. Es como un verano-otoño en un día, y no es favorable para un cuerpo que a pesar de amar el frio, es muy friolento.

Me refiero al mío.

Tomo asiento y acomodo mi mochila en otra silla.

Acabo de salir de una bola de omegas castrosas que me preguntaron en el pasillo si el chico guapo de la banda del martes es mi amigo, claro que lo es, solo que no les dije lo mismo. Me molesta que hablen conmigo solo por interés, ¿no era más fácil ir directamente con Hyunjin?

Me estoy volviendo famoso sin pedirlo, de hecho, creo que no me gusta ser famoso, prefiero seguir siendo invisible. Tiene sus ventajas, así como ahora, que estoy en la tribuna del gimnasio de basquetbol sin preocuparme de nada.

Vengo varias veces a este lugar y siempre salgo ileso de las miradas de todos ellos. Los chicos que entrenan justo ahora parecen no sentir mi presencia e ignoran el ruido de mi respiración, aunque estoy exagerándolo un poco, ¿cómo serían capaces de escuchar mi respiración?

OMEGA NEGADO © #HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora