OMEGA NEGADO © #Hyunlix

Capítulo Catorce.

Me despierto con un dolor de cabeza punzante y una sensación de confusión que me embarga. Intento recordar que sucedió anoche, pero mi mente está nublada y borrosa.

Me siento en la cama mientras froto mis ojos con las manos, tratando de despejarme. Entonces, empiezan a llegar flashes de recuerdos: Felix no llegó a la presentación, sus ojos preocupados y... todo lo que aparece es Felix.

Frunzo las cejas, recuerdo la presentación, específicamente el momento en el que volteé a su asiento vacío. El bar y luego no recuerdo nada, solo recuerdo el momento cuando hablé de Felix con el barman y luego no recuerdo nada.

Parece que no recuerdo nada, pero sí recuerdo los momentos en los que Felix tuvo algo que ver, aunque no los recuerdo claramente, me da gracia mi situación. Si algún día llegase a perder la memoria creo que al único que voy a recordar será a él.

Me levanto de la cama para irme al baño y cambiarme, dejando que mi mente recuerde por sí sola, hay un gran espacio vacío, entonces pienso que no solo pensé en él.

Escucho que tocan mi puerta cuando he acabado mi ducha, paso la toalla por mi cuello y miro la puerta sin moverme.

—¿Quién? —digo con pereza.

—¡Nyal! —Anuncia —. ¡Ya está el desayuno!

Riego mis cabellos mojados antes de irme hacia la puerta.

—¿Ya? —Pregunto, abriendo la puerta.

—Son las nueve, Hwang, claro que ya. —Me dice obvia.

Volteo los ojos, pero le termino por asentir. —Iré en un momento.

—Bueno, te apresuras en bajar, sino va a enfriarse.

—Bueno. —Digo mientras cierro la puerta de vuelta.

Me emborraché mucho, pero no luzco tan acabado como otras veces. Miro mis manos, una de ellas tiene cortadas por toda la palma, ladeo la cabeza sin comprender por qué, pero no le hago tanto caso. Acomodo las mangas de mi camiseta y camino a la puerta, la abro para salir de mi habitación, cuando bajo las gradas hacia el comedor, Nyal baja su celular al revisar algunas cosas en él, sonríe un poco.

—Ja. Luces como nuevo.

Levanto una ceja.

—Y tú como siempre.

Frunce los labios con ofensa, pero no me dice nada. Suelto una risa al verla de pie y con los brazos cruzados. Jalo la silla para después sentarme, frente a mis platos y una taza de té.

—Frutas, sopa para tu resaca y eso que Jía me pidió prepararte.

—¿Qué es?

—Ciruelas. Las compramos anoche, pero nunca viniste, prefirió guardarte algunas. —Se da la vuelta para buscar un vaso de vidrio pequeño y servirse un poco de jugo. —Me dejó dicho que vendrá hasta cuando entre la noche, no le marques al celular de las nueve para las once porque tiene una reunión, y que tu cabello está largo, recórtalo.

—Son muchas cosas.

—Ya sabes cómo es tu mamá, deben considerar aumentarme el sueldo por memorizar todo eso, ¿verdad?

—Mm, claro, claro.

—¿Ves? Oye, por cierto, ¿puedes ir a por más jugo? Ya no hay.

Asiento sin mirarla.

—Iré a ordenar tu habitación. Si necesitas algo dímelo en voz alta, porque estaré escuchando a 5 Seconds of Summer a volumen alto. —Se da la vuelta, buscando lo que supongo es su playlist en su celular.