Capítulo Dieciocho.

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El sonido del despertador no deja de resonar, anunciando que es la octava vez que suena. Lani, evidentemente irritada, golpea mi puerta con los pies; sé que lo hace con los pies porque sus golpes suenan más fuertes que cuando usa las manos.

Coloco la almohada sobre mi rostro para amortiguar el ruido del despertador y de la puerta, pero después de unos segundos, la irritación me gana. Me levanto con hastío, tiro las sábanas a un lado y pongo los pies en el suelo.

Froto mis ojos con los nudillos de las manos y finalmente apago el despertador, lanzando el celular sobre el colchón. Escucho los pasos de Lani alejándose de mi puerta como respuesta por haber acabado con aquel molesto sonido.

La noche anterior pudo haber sido una de mis favoritas. Descubrí que no le tengo tanto miedo a las motos como pensaba, gracias a la invitación de Hyunjin.

Ahora que lo recuerdo, después de pedirle un beso de despedida a Hyunjin, me quedé sentado en mi colchón, pensando en eso como un disco rayado en mi cabeza. Pero ahora no quiero pensar de nuevo, porque me recuerda que tengo que verlo en clases y fingir que nada ha pasado. ¿Qué piensa Hyunjin al respecto? Ni siquiera tengo claro lo que ocurre en mi interior, ¿cómo podré saber lo que ocurre en el suyo?

¡Uuhg!

Hace unos días, nunca imaginé besarme con mi mejor amigo. Ahora, encierro mi labio contra mis dientes al recordar su beso, tratando de no alborotar las cosquillas que nacen en mi pecho.

En realidad, solo puedo decir esto: tengo miedo y estoy confundido por lo que pueda suceder en el futuro.

Mis pasos me llevan hacia el camino que antes quería bloquear con una enorme piedra. Pero ahora, ya no estoy en la encrucijada entre mi yo beta y omega, porque ahora se ha construido un nuevo carril donde Hyunjin y yo estamos al final.

Pensar en eso me provoca una sensación pesada en el pecho. Ya no hay un solo carril; ahora hay tres, y debo decidir cuál tomar. Eso es lo que me da miedo: no tengo idea de continuar, pero tampoco quiero quedarme estancado sin avanzar. Sé que, tarde o temprano, tendré que decidirme. Sin embargo, ayer no consideré esos caminos en mi vida. No pensé que al pedirle tal cosa a Hyunjin, estaría creando otro camino en lo que pensé iba a ser una línea recta sin interrupciones. Solo quise encerrarme en mi habitación, mirar por la ventana la noche llena de estrellas y buscar en el cielo una constelación que me dijera la verdad en medio de tantos puntos.

Quería que me confirmara que aquel satélite en el cielo a las seis de la tarde es una estrella de verdad. Aunque no obtuve respuestas, dormí en paz, con su bufanda a un lado mío y mi olor a omega envolviendo su prenda.

Suelto un suspiro por eso. Enciendo la lavadora y agrego el jabón necesario para quitar mi aroma omega de la bufanda de Hyunjin. Aunque me siento un poco mal porque su aroma a menta se irá, no tengo más opción si quiero devolvérsela en cualquier momento. Hyunjin no sabe que en realidad huelo a flores y que mis feromonas son contrarias a las suyas. Ni siquiera sabe que produzco feromonas.

Tomo asiento a un lado de la máquina. Ese aroma que se cuela por todo el ambiente de la casa no me deja tranquilo. Por esa razón, no quería levantarme y tampoco quiero bajar a la sala.

De todos los días que hay en el año, ¿por qué justo tenía que ser hoy?

Cuando la bufanda de Hyunjin termina de lavarse, la cuelgo para que comience a secarse. Después podré ducharme y prepararme para salir a la sala y pasar a la cocina a comer el desayuno.

En las mañanas, no me tomo mucho tiempo para ducharme, especialmente hoy porque he ignorado mi alarma durante demasiado tiempo. He perdido treinta minutos para cambiarme, y ahora lo único que me queda es correr para estar listo. Dejo el saco sobre la cama y me tomo un momento para arreglar mi cabello. No soy fanático de tener el cabello mojado en las mañanas, y menos aún si es para ir al colegio. Así que comienzo a secarlo con el secador lo más rápido que puedo.

OMEGA NEGADO © #HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora