Yasuke, aún sorprendido por la confesión de la abuela Nora, no pudo evitar preguntar más.
—Pero, ¿por qué? ¿Por qué odias a los ninjas, abuela Nora? —preguntó, su voz llena de confusión.
Nora se giró lentamente hacia él, su expresión seria y pensativa.
—Mi nombre completo es Nora Senju —dijo con una calma que contrastaba con la bomba que acababa de soltar.
Al escuchar el apellido Senju, Yasuke sintió como si un velo se levantara de sus ojos. De repente, muchas piezas del rompecabezas comenzaron a encajar. La matrona del orfanato, una Senju, explicaba cómo un lugar sin aparente apoyo externo podía costear alimentos, juguetes, libros e incluso el terreno.
—Eres... una Senju —murmuró Yasuke, casi en un susurro. La importancia de ese clan en la historia de los ninjas no se le escapaba.
—Sí —confirmó Nora, su voz firme pero llena de una emoción indefinible—. Y esa es la razón de mi conflicto con los ninjas.
Nora continuó su relato con un tono mezclado de remordimientos y rabia al recordar los viejos tiempos. Era evidente que estas memorias traían consigo una mezcla compleja de emociones.
—Durante la época de los estados combatientes, yo era una shinobi conocida como Senju no Umi Tora —reveló, su voz adquiriendo un tono distante al recordar su pasado—. Era famosa por mi habilidad con el ninjutsu de agua y mi rápida adaptabilidad en combate.
Yasuke la escuchaba, asombrado por la historia que se desplegaba ante él. La mujer que había conocido como una cariñosa matrona de orfanato, en realidad, era una figura histórica de gran importancia.
—Incluso siendo joven, el jefe de mi clan me pidió que enseñara a uno de sus hijos, Tobirama Senju, quien más tarde se convertiría en el Segundo Hokage —continuó Nora. Al mencionar a Tobirama, Yasuke notó cómo los sentimientos de Nora se enfrentaban entre sí, un torbellino de orgullo, dolor y algo de rencor.
—Tobirama era... especial —dijo Nora, su voz temblorosa—. Brillante y dedicado, pero también... arrastrado a las guerras y conflictos de nuestra época.
Nora explicó cómo su mentalidad durante la época de los estados combatientes estaba centrada exclusivamente en cumplir sus misiones, incluso si eso significaba sacrificar a algunos de sus compañeros. Yasuke escuchaba, cada vez más asombrado, intentando reconciliar la imagen de la cariñosa matrona con la de la despiadada shinobi que Nora describía.
—No pensaba en el sufrimiento de los demás —confesó Nora—. Solo quería completar mi objetivo, cueste lo que cueste.
Yasuke no podía creer que fueran la misma persona. La transformación de Nora desde esos tiempos hasta ahora parecía casi imposible.
—Pero todo cambió al final de la guerra —continuó Nora, su tono cambiando ligeramente—. Hashirama, el hermano testarudo de mi estudiante Tobirama, logró unir los clanes circundantes en una sola aldea uniforme.
Al mencionar esto, una sonrisa se dibujó en el rostro de Nora.
—A decir verdad, nunca creí que Hashirama pudiera lograrlo. A veces me reía de él y lo ridiculizaba. Pero él siempre respondía con una estúpida sonrisa —dijo Nora, su sonrisa reflejando una mezcla de afecto y nostalgia.
Yasuke comenzó a entender que la experiencia y las circunstancias habían cambiado profundamente a Nora. La creación de Konoha no solo había unificado clanes, sino que también había transformado corazones y mentes, incluido el de Nora.
Durante los primeros días, la incertidumbre y el miedo a lo desconocido mantuvieron a Nora en vilo.
—Estaba siempre alerta, esperando un ataque de algún lado —recordó Nora, sacudiendo la cabeza como para deshacerse de los recuerdos inquietantes—. No podía dormir bien.
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Renacimiento en Konoha: El Cirujano de la Hoja
Hayran Kurgu"En este relato de renacimiento y redención, un cirujano exhausto por el sobresfuerzo laboral recibe de una entidad divina la oportunidad de renacer en un mundo de ninjas y habilidades sobrenaturales. En su nueva vida en Konoha, no solo tiene el pod...