Cap34: Examen De Graduación Ninja

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El bosque de la muerte despertaba lentamente, iluminado por los primeros rayos del sol que se filtraban entre las densas copas de los árboles. En el claro, dos figuras dormían pacíficamente, envueltas en una atmósfera de serenidad y compañerismo. El joven niño, con su rostro tranquilo y sereno, descansaba recostado sobre el pelaje blanco del majestuoso leopardo albino.

A medida que los primeros destellos de luz acariciaban su rostro, los ojos del niño comenzaron a entreabrirse lentamente. Una sonrisa se dibujó en sus labios al darse cuenta de que su fiel compañero de aventuras seguía a su lado, compartiendo el cálido amanecer con él.

Con movimientos suaves, el niño se incorporó, sintiendo el suave pelaje del leopardo bajo sus manos. El animal, aún adormilado, levantó la cabeza con curiosidad, sus ojos rojos brillando con afecto y lealtad hacia su joven amigo.

— Buenos días, amigo —susurró el niño con voz suave, acariciando con ternura el pelaje del leopardo.

El leopardo emitió un suave gruñido en respuesta, como si estuviera saludando al niño en su propio lenguaje. Se acercó más al niño, rozando suavemente su mejilla con la cabeza en un gesto de afecto y complicidad.

La escena era una imagen de paz y armonía en medio de la naturaleza salvaje. Mientras el niño y el leopardo compartían su despertar, el bosque cobraba vida a su alrededor, con los sonidos de los pájaros cantando y el suave susurro del viento entre las hojas.

Después de un momento de calma, el niño se puso de pie, estirando sus brazos hacia el cielo en un gesto de bienvenida al nuevo día. El leopardo lo observaba con curiosidad, como si estuviera listo para acompañarlo en cualquier aventura que el día les deparara.

Con una sonrisa en el rostro, el niño se volvió hacia su amigo de cuatro patas.

— ¿Listo para explorar el bosque hoy, amigo? —preguntó con entusiasmo, recibiendo un suave gruñido afirmativo del leopardo como respuesta.

Con la fecha límite acercándose inexorablemente, Yasuke decidió regresar al lugar donde había tenido lugar el enfrentamiento con el prisionero. Esta vez, contaba con la compañía de su leal compañero, el leopardo albino, cuya destreza en el bosque y su aguda percepción serían de gran ayuda para atravesar el bosque.

Gracias a las nuevas técnicas de movimiento que había aprendido y a la agilidad del leopardo, llegaron al lugar mucho más rápido que la primera vez. Al llegar, Yasuke examinó minuciosamente el área, observando las marcas del enfrentamiento que aún permanecían en el suelo y los árboles circundantes.

Notó con atención que el lugar donde el enemigo había estado en su último ataque mostraba evidentes rastros de sangre. Esta revelación le hizo comprender que su ataque había sido, al menos en parte, exitoso. Sin embargo, desconocía en qué medida había afectado al prisionero. Lo único que sabía con certeza era que la herida limitaría la movilidad de su adversario, lo que les proporcionaría una ventaja estratégica en el próximo encuentro.

Con esa información en mente, Yasuke comenzó a trazar un plan para enfrentar al prisionero una vez más. Sabía que debía aprovechar al máximo la ventaja que les brindaba la herida del enemigo y prepararse para cualquier eventualidad.

Mientras Yasuke estaba inmerso en sus pensamientos, su compañero felino comenzó a moverse inquieto, olfateando el aire con atención. Percibiendo la intranquilidad del leopardo, Yasuke apenas se dio cuenta de su presencia hasta que el animal se acercó y frotó su cabeza contra la de él, buscando su atención.

Aunque al principio Yasuke estaba absorto en sus reflexiones, el suave roce de la cabeza del leopardo contra la suya lo sacó de su ensimismamiento. Con un gesto de cariño, Yasuke acarició al animal, reconociendo su intento de comunicarse con él.

Renacimiento en Konoha: El Cirujano de la HojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora