7

6.5K 637 21
                                        


La reunión

Jimin se queda parado en medio de la oficina, con Misoo colgado a su cuello como un koala bebé. El niño no suelta ni por error; de hecho, cada vez que Jimin intenta acomodarlo, Misoo aprieta más fuerte, aferrándose como si lo fueran a robar.

Tae se aclara la garganta, tratando de recuperar el control.

—Bueno... eh... podemos... podemos comenzar la reunión.

Jimin asiente, aunque parece más preocupado por no aplastar al niño.

—Claro, creo que puedo... manejar esto.

Suga, sentado cómodamente, se ríe bajo.

—Mimi, si quieres, puedo llevarme a Misoo para que hables tranquilo con Tae.

Misoo gira la cabeza, frunce el ceño, y suelta un gruñido bajito.

—Nooo shuuu...—dice señalando a Yoongi con el dedo—. No chu. No api. MÍO.

Jimin se atraganta con su propia saliva.

Tae se lleva ambas manos a la cara.

—Yo... de verdad... voy a morir hoy...

Jimin mira al niño con ternura y un poco de resignación.

—Está bien... creo que lo llevaré conmigo —dice mientras se sienta con Misoo todavía pegado a su pecho.

El niño acomoda su cabeza justo debajo de la barbilla de Jimin y suspira profundamente, como si estuviera en su hogar.

Suga suelta un comentario en voz baja:

—Ya lo adoptó.

Tae le lanza una mirada asesina.

—Cállate.

Jimin carraspea.

—Bueno, Tae, ¿me cuentas sobre la propuesta?

Tae intenta centrarse, como un adulto responsable, aunque está claramente derrotado por la escena.

—Sí. Esto... esto es para nuestra nueva línea de ropa. Urban Luxury. Queremos algo moderno, elegante, pero con un toque rebelde. Necesitamos un modelo fuerte. Alguien que imponga presencia. Y, bueno... tú eres perfecto.

Jimin baja la mirada, sorprendido, y Misoo aprovecha para darle un beso baboso en la mejilla.

—Api mío —susurra Misoo.

Suga explota en carcajadas.

Tae se hunde más en su silla.

Jimin, rojo, acomoda al niño como puede.

—Es... eh... un halago muy fuerte —dice tratando de mantener la compostura—. Pero creo que puedo hacerlo. No tengo problemas con la propuesta.

Tae casi grita de emoción.

—¡¿Sí?! ¡¿De verdad?!

—Sí —sonríe Jimin—. La idea suena interesante. Y tú pareces muy apasionado por el proyecto.

Misoo levanta la cabeza y agrega:

—Api... bonito...

Jimin ríe bajito.

—Gracias... supongo.

Suga chasquea la lengua divertido.

—Ese niño tiene buen gusto.

Tae lo fulmina con la mirada.

—EN SERIO, MIN YOONGI, YA.

A ver, tengo varias propuestas, pero si me dejas, esta semana salgo de algunas en las que soy embajador; podemos hacer las fotos la siguiente semana.

ES MI OMEGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora