ES MI OMEGA

13

Jungkook solo miraba a Jimin; le parecía tan hermoso, sobre todo en cómo trataba a su cachorro. Observaba cada parte de él: sus ojos, esos labios, cada gesto que le hacía a su pequeño, cómo lo acariciaba. Despegó la mirada cuando Jimin se levantó para tomar la ropa del cachorro: el médico había dado la orden de salida.

Jimin se inclinó para abrir la maleta y sacar la ropa de Misoo.

Jungkook observó sus piernas: tonificadas bajo unos pantalones de cuero ajustados que resaltaban su trasero. Subió la mirada y vio esa cintura pequeña. JK se acomodó discretamente, notando que se excitaba al ver a Jimin.

—Hermano, todavía tengo fotos de Jimin. Si quieres, te doy una y así disimulas un poco —ofreció Jungkook.

—¿Eh? ¿Qué dices? —respondió Jimin, concentrado en vestir al cachorro. Rodó los ojos.

—Sííí... Jeon, sííí... lo que digas, sííí —insistió JK.

Justo entonces, el médico ingresó a la habitación con la orden de salida. Se dirigió a Jimin:

—Con esto ya pueden salir.

—Gracias, doctor —respondió Jimin con gratitud.

El médico sostenía el documento y, con suavidad, acarició la mano de Jimin.

Jungkook se levantó y apartó al doctor.

—Gracias, doctor, por todo. Me alegra que mi cachorro esté bien.

—Sí... solo necesitaba a su papi y su olor de lindo omega —explicó el médico—. Ellos crean vínculos muy grandes e inseparables, y veo que este hermoso omega y tu cachorro lo crearon. Tu cachorro tomó a este omega como su mamá. Se ven que se aman. Por ahora no deben separarse hasta que el cachorro crezca y se desarrolle, ya que él es un alfa dominante y protegerá a su papá omega.

—Entiendo, doctor. Gracias. MI omega y MI cachorro se aman, como yo los amo. Si no hay más, puede retirarse.

El doctor salió guiñándole un ojo a Jimin.

—¿Qué fue todo eso, Jungkook?

Jungkook estaba sumergido en pensamientos: si separaba al cachorro de ese omega, podría volver a enfermar.

—Jimin, ya que al cachorro le dieron el alta, si quieres puedes venir con nosotros a la mansión y estar un poco más con él —ofreció Jimin.

—¿¡En serio!? ¡Sííí! Vamos —respondió Jungkook entusiasmado.

—Sí, escuchaste precioso: vamos a estar un poco más.

Misoo se aferró más fuerte a Jimin.

Jimin, viendo a Jungkook triste, le habló al bebé:

—Ey, precioso, ve con tu papá. Él te necesita. Yo me quedaré a tu lado, pero déja que tu papá te alce.

—Nop —respondió el pequeño.

—Pequeño, ve con él. Me pondré muy triste —insistió Jimin.

—¿Pol qué?

—Porque tienes que querer mucho a tu papá. Míralo... mira su carita. Ve con él.

—Shi... papa me dash besos —respondió el bebé señalándose el cachete.

—Claro que sííí —Jimin le repartió besos por toda la carita.

Jungkook vio la escena, muriéndose de celos.

En sus pensamientos: ¿Y por qué besa así a mi cachorro? ¡Soy yo el papá! Merezco esos besos... no este enano. Gruñó y se los quitó del rostro de Misoo.

—Apa, api me da besos... ¡son míos! —protestó 

—Ajá, como sea. Ven conmigo.

Dentro del carro, Jimin se había quedado dormido—después del largo viaje no había descansado, y cayó en un sueño profundo al llegar a la mansión.

Jungkook trató de despertarlo:

—Ey, Jimin... —lo movió suavemente.

—Nooo, apa... léjalo. No lo toques, es mío —gruñó el pequeño a JK.

—Misoo, ya no me gruñas y compórtate. Jimin no es tuyo.

—Shii... es mío.

—Noooo... ¡que nooo!

—Que shii.

—Mira, pequeño, soy yo el que manda, ¿entiendes? Te dije que no, y ahora este omega es MÍO, no tuyo.

—¿Quéee? ¡Noo! Apa, es mío... mi omega.

Jimin, con ese ruido, se despertó:

—Perdón... estoy muy cansado, me dormí. Lo siento.

—Ven pal acá, api. Vamos a mi cualto a mimir —dijo —. En mi camita te doy abachos... sí, api.

Jungkook, al escuchar eso, se reprendio:

—Nooo, Misoo... tú tienes que descansar. Déjalo. Eh, Jimin, si quieres puedes quedarte. Mandaré a arreglar un cuarto para ti... ya es muy tarde.

—Está bien —aceptó —, pero me quedaré  con este angelito hasta que se duerma. ¿Quieres, bebé?

—Shii, api... ¿me das besitos?

—Todos los que quieras, mi consentido —respondió Jimin, alzando al bebé.

Jungkook hizo una mueca:

—Tidis lis qui quiiiris —se quejó y rodó los ojos.

—¿Dijiste algo?

—Eh... noo. Vámonos. Subiré las maletas. La habitación es la primera a tu derecha.

—Ok, gracias.

Jimin tenía alzado a Misoo y subía las escaleras, mientras Jungkook los seguía... pensando que debía ir a ducharse con agua fría.