Capitulo 14

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Kira Santoro

Me sobresalto cuando oigo los ladridos de Dolly que provenian de la sala. Frunzo el ceño y frotó mis ojos con mi mano. Me siento sobre el colchón y los ladridos de Dolly siguen.

Me paro de la cama y salgo de la habitación para poder ver a Dolly. Al salir hacia la sala veo a Jasha tratando de mantenerse de pie. No lo había visto en toda la tarde luego de haber discutido con el.

—¿Que haces?—le pregunto

—Nada—murmura

El olor a alcohol llega a mis fosas nasales y arrugue la nariz por el fuerte olor.

—¿Bebiste?—me acerco a el

—Quizas si, quizás no—canturrea

—Estas ebrio—niego y agarro su rostro—estas jodidamente ebrio Jasha

—Quizas un poco, pero estoy muy consciente—asegura y se tambalea

—Aja si—paso un brazo por mi hombro y trato de llevarlo a la habitación. Jasha dejo caer todo su peso sobre mi y suspiro.

Llegando a la habitación lo deje en la cama y el se recostó en ella. Quito sus zapatos y los dejé por ahí.

—Es incomoda—habla Jasha

—Para que sepas lo que he tenido que aguantar gracias a ti—cruzo mis brazos sobre mi pecho—. ¿Cuánto bebiste?

—¿Eso importa?

—Si—asiento

—Unas cuantas cervezas, whisky, tequila.

—Dios—suspiro—mañana tendrás una resaca del terror

—¿Eso importa?

—Pues tendré que soportarte todo el día

—Yo te vengo soportando de hace tres semanas y ni me quejo

—Tu decidiste secuestrarme—le recuerdo

—¿Por qué no mejor vienes acá conmigo?

—No, la cama es pequeña

—Es lo suficientemente grande para que duerman dos personas.

—No dormiré contigo en la misma cama

—Si que lo harás

Se estira y jala de mi brazo provocando que caiga sobre el. Sus brazos se envuelven en mi cintura aprisionandome en su cuerpo.

—Sueltame—le ordenó

—Por una vez deja de ser tan odiosa—quita un mechón de mi rostro

—No soy odiosa, el odioso aquí eres tu—me defiendo

—Eres igual que tu hermano, ya se porque me caiste mal cuando niños—dice Jasha

—Si tan mal te caigo, ¿Por qué no mejor me sueltas?

—No quiero—su agarre se intensifica

Me remuevo un poco tratando de salir de su agarre pero fue en vano. Suspiro y decido no luchar más. Era una perdida.

Jasha acaricia la curva de mi cintura provocando que mis nervios empiecen a flotar. Trago grueso y me remuevo un poco tratando de poder salirme. Me mira fijamente totalmente en silencio. Su mano se mete por la camiseta para tocar mi piel y un escalofrío me recorrió cuando sus dedos rozaron mi piel.

—¿Que haces?—susurro

—Nada, ¿Por?—se hace el idiota

—Deja de tocarme

𝑺𝒆𝒎𝒑𝒊𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora