𝑺𝒆𝒎𝒑𝒊𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐

Capítulo 9

Kira Santoro

Recuerdo, 4 años de edad

Despierto en plena noche viendo la oscuridad que me rodeaba, me siento en la cama de mi habitación. Agarro mi peluche y salgo de mi cama. Abandono mi habitación totalmente descalza y el silencio junto oscuridad del pasillo me consumen.

Camino por el pasillo sin hacer ruido, pasando por las habitaciones de mis tíos, abuela y primos junto las de mis hermanos. Me detengo frente a la habitación de Raven y abro la puerta, me adentro a la habitación y luego cierro la puerta con sigilo.

La lámpara de la mesa de noche se enciende y Raven frota sus ojos. Me mira adormilado.

—¿Que hora es?—pregunta

—No lo se—encojo mis hombros y le acerco a su cama. Me hace un hueco y me cubro con las sábanas de su cama.

Raven vuelve apagar la lámpara dejándonos en la oscuridad de su habitación. Se acomoda a mi lado y suspira para volver a dormirse.

—Raven...

—¿Si?

Me siento en la cama y Raven me mira mientras que frotaba sus ojos.

—¿Crees que papi me case con alguien?

—¿Ah?

—Oi a mami hablar con la tía Chiara sobre un matrimonio y tía Chiara dijo que era injusto que las mujeres estuviéramos obligadas a casarnos, que era estúpido. ¿Crees que papi me case?

—No lo se...

—¿Vas a permitir eso?

—Papá es el lider—hace una mueca

—Pero tu también lo serás.

—No lo se Kira, la verdad es que no entiendo las tradiciones de nuestro mundo—suspira—. Y mejor durmamos porque si nuestros padres nos pillan despiertos van a regañarnos.

Asiento y me tumbó a su lado. Me acurrucó contra su cuerpo buscando su calor y poco a poco me termino durmiendo.

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Recuerdo, 16 años de edad.

—Esto es una mierda—entro a la sala de entrenamiento donde Raven estaba golpeando un saco de boxeo.

—¿Que pasa?

—Oi a uno de los hombres de papá decir que yo debería de casarme con uno de sus hijos.

—¿Cuántas veces papá no te ha dicho que no estés oyendo las conversaciones que hay en sus reuniones?

—Eso no importa Raven

—Kira, sabes cómo es la mafia.

—Es estúpido—me cruzo de brazos—. Me aburro Raven. Todos mis amigos de la escuela salen de fiesta, tienen novios y disfrutan de su adolescencia mientras que yo estoy aquí encerrada y protegida por miles de hombres de papá. Quiero ser normal.

—Eres normal

—No, soy la hija del Capo de la Mafia Italiana, mis compañeras de salón son hijas de empresarios, abogados, cirujanos y entre que más profesiones. Yo soy la hija de un mafioso.

—Para nadie es fácil Kira—me mira

—Para ustedes es fácil—murmuro

—No, creeme que no. Tanto como papá, nuestros tíos, hermanos y primos junto a mi hemos tenido que vivir también un infierno por el mundo en que nacimos. La única diferencia es que nosotros tenemos una pequeña elección.