14: LITTLE LIES

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[CAPÍTULO TRECE: PEQUEÑAS MENTIRAS]



—Bonito, ¿eh? — dijo una voz desconocida.

Luffy se había quedado embobado viendo el gigante barco que había avistado Radne. Habían subido unas escaleras hasta estar lo más cerca posible de la proa.

—¿Puede hablar? — preguntó la rubia asombrada.

Quizás los humanos habían conseguido construir objetos parlantes.

—No, soy yo —dijo un chico desde la cubierta del barco.

Ambos chicos miraron hacia al último que había hablado. Era joven, puede que uno o dos años mayor que ellos, su piel era más morena que la de Luffy y vestía con un mono marrón y un pañuelo en la cabeza. El primer instinto de Radne fue sonreírle, parecía simpático.

—¿Os ha gustado, pareja? — habló el chico de nuevo.

—Este barco es precioso —dijo Luffy. —Cuenta cosas sobre él.

—Una calavera. La mejor. Noventa y seis pies de puro lujo. Timón de par pues. Cocina completa. Con cañones de proa y popa —paró un segundo para besarse los dedos.

—¿Es rápido? — preguntó Luffy con los ojos brillantes.

—El más veloz. No hay barco que pueda seguirle el ritmo — exhaló el chico.

—¡Es perfecto! — exclamó Luffy mirando a su amiga.

—Sí, aunque no he entendido la mitad de lo que ha dicho pero... Es bonito —dijo Radne cruzándose de brazos.

—Aquí estás — dijo Nami desde abajo. Ambos chicos la miraron y pudo observar que Zoro le seguía.

—¡Chicos! ¡Lo tengo! Nuestro barco. Él nos lo venderá.— exclamó Luffy refiriéndose al otro chico.

—Eh, espera ¿Qué? Eh... — trató de decir el chico.

—Sí, el barco. Lo queremos —dijo Luffy mientras tomaba a Radne de la mano para bajar por las escaleras.

—Técnicamente, no está aún en venta. Y... Técnicamente, yo no soy un vendedor.

—¿Trabajas aquí? — le preguntó Nami.

—Claro que sí, respondió el chico ofendido. — Me decido a la eliminación de incrustaciones y erradicar residuos aviarios.

Radne frunció el ceño, sin haber entendido ni una palabra de lo que había dicho el chico.

—Quita percebes y limpia caca de pájaro — dijo explicándole a la rubia.

—No nos sirve —dijo la pelirroja.

—¡Eh!¡Eh!¡Eh! Puedo ayudaros dijo el chico intentando que la tripulación no se marchará —Porque la dueña del barco es la mejor amiga que tengo en el mundo.

—¿Tú amiga es la propietaria? — preguntó Nami empezando a sospechar sobre ese chico.

—No solo de este. Es suyo todo el astillero. Es... superrica.

—Oh... — dijeron Radne y Luffy asombrados. Parecía que habían encontrado a la persona idónea para conseguir aquel barco.

—Os entenderéis con ella —dijo el limpiador.

—¿Veis? — preguntó Luffy a sus otros compañeros. No había sido tan difícil no robar.

—Supongo que no pasará nada por saludar — dijo Nami dejando ver una pequeña sonrisa.

Pirates & Mermaids |Monkey D. Luffy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora