15: BUBBLES

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[CAPÍTULO QUINCE: BURBUJAS]



UNA ENORME BAÑERA DE BURBUJAS se encontraba frente a Radne. Nami le había explicado que era una bañera, para qué servía, y que tenía que hacer. Las sirenas no tenían la necesidad de limpiarse. Por eso le parecía tan extraño meterse en ese pequeño recipiente, que a su vez era mucho más grande que una bañera común, para lavarse.

—Créeme esto me va a resultar más incómodo a ti que a mí —dijo Nami mientras se quitaba los zapatos.

Kaya les había ofrecido un baño pero la pelirroja no esperaba que fueran dos. Uno para los chicos y otro para las chicas. No era por el espacio de la bañera pero si le resultaba un poco incomodo bañarse junto a Radne. Seguro que los sirvientes eran tan vagos que ni se habían molestado en preparar más.

—¿Los humanos siempre os bañáis en grupo? — preguntó Radne mientras se quitaba los zapatos al igual que su amiga.

—Eh... En general no. Pero Kaya ha dicho que está en la forma tradicional así que no he querido llevarle la contraria. Además hacía siglos que no me daba un baño caliente.

Radne fue quitándose la ropa poco a poco. Mientras observaba sus piernas y todo lo que había cambiado en ella. No era la primera vez que estaba desnuda con ese cuerpo. Pero sí la primera que se detenía a fijarse en cada detalle. Aunque estaba muy feliz de su nueva vida no pudo evitar recordar el dolor que había sentido cuando su cola de sirena había cambiado por unas piernas.

—¡Radne! —gritó Nami que ya se encontraba dentro de la bañera.

La rubia se giró sobre sí misma y se dirigió al interior de la bañera.

Nunca había estado en un agua tan caliente. El vapor se extendía hasta el techo y desaparecía y las burbujas de jabón se extendían por toda la superficie del agua, dejándola sin vista de la profundidad de la bañera.

—Las burbujas no son para comer. Están hechas de jabón, no son comestibles —advirtió Nami antes de que a Radne se le ocurriera hacer.

La rubia tomó un puñado de burbujas en su mano y sopló. Las burbujas comenzaron a volar por el baño explotando a lo lejos.

—¿Lo echas de menos? —preguntó Nami.

Radne por un momento se preguntó si se refería a ella.

—¿El qué?

—El ser una sirena —respondió la pelirroja. —Tu familia, tu palacio, tu vida.

Radne trataba de no pensar mucho en eso. Tampoco es que tuviera mucho tiempo de pensarlo, estaba muy ocupada descubriendo el mundo terrestre y peleando contra piratas.

—Supongo, cuando me acuerdo. Tampoco es que me sintiera mucho como en casa ahí —dijo mientras miraba las burbujas. —Existen varias profecías sobre la sucesión al trono y según esas profecías debía ser yo. Aunque creo que mi padre no cree en mí para ser reina y yo tampoco. He estado demasiado ocupada recogiendo lo que se cae de barcos hundidos.

Nami se quedó un poco pensativa. No creía que aquella chica sonriente e inocente podría sentirse tan sola en el ancho mar.

—Siempre he sentido como si las demás sirenas me miraran mal, ¿sabes? Como si no me hicieran parte de ello.

—Sí creo que se a lo que te refieres.

Las chicas estuvieron mucho tiempo mirando el alto techo del baño. Relajándose en ese baño espumoso. Nami salió de aquel tranquilo trance y se dirigió hacia Radne.

Pirates & Mermaids |Monkey D. Luffy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora